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α&Ω publicado por Marcelo Ruiz Tagle Escobar director@eloradorilustrado.cl
ANTE LA DEGRADACIÓN ÉTICA, SOCIAL Y CULTURAL: ¿CRUZADA ÉTICA?
Carlos Cantero, Geógrafo y Doctor en Sociología.

Observar la realidad de américa latina, es contemplar un cuadro de degradación social, ética y cultural, que denomino pandemética . Se instala la anomía, que es la ausencia de normas e incapacidad de la estructura social para proveer a los individuos de lo necesario para lograr metas. Es la discrepancia entre objetivos y medios, entre lo que se dice y lo que se hace. Es la expresión de la mediocridad gestional pública y privada. La constatación del fracaso de las instituciones que se declaran éticas y filosóficas, como las Iglesias y las Masonerías, entre otras. La sociedad está sumida en materialismo, la dignidad humana cuestionada. En las personas asola un individualismo egoico, el debilitamiento valórico y el deseo como sentido de vida.
En estos procesos de degradación hay responsables (por acción, omisión) que se mueven en la impunidad. Se critica a los políticos por este tipo de actos. Pero, ¿Quienes le dan su voto para hacer las mayorías que les permite gobernar? Sin duda, el electorado le da su confianza y lo empodera. Un ejemplo de esto se da cuando las autoridades políticas y los canales de televisión, declaran su rechazo al crimen organizado. Pero, luego traen como artista estelar, al mayor festival de habla hispana del mundo, al auto-proclamado ícono de la cultura del narco-crimen. Por más que se adorne el caso de “Peso Pluma”, se hace muy evidente la anomia, la incoherencia, la hipocresía y la inconsecuencia. La debilidad ética y la impunidad, se han convertido en institución y cada día se normaliza la narco-cultura, la violencia criminal y la delincuencia.
No puede darse este avance de la cultura narco y el crimen organizado, sin la anuencia y complicidad de personajes de alto nivel en nuestra sociedad. El poder detrás del trono, los corruptores éticos, los que lucran con la tragedia, quienes generan las condiciones para su mejor desarrollo. Esto no es casual sino causal, hay gestión y facilitadores. Estos responsables (mimetizados y ocultos) están en el ámbito público y privado, también en la sociedad civil. Esperamos que la justicia y la policía tengan capacidad para alcanzarles.
Mientras tanto, en nuestras ciudades, se impone la ley de la selva, el Estado es cada vez más inútil, por la mediocridad gestional. ¿Usted cree que esa ineptitud es casual? Mírese Colombia, México, Venezuela, Perú, ciertos países en Centro América, también Chile. En ejemplo icónico hoy se ve en Ecuador, donde el Estado es incapaz de contener al crimen organizado. Ese es el destino hacia el que se dirige nuestra sociedad, si los ciudadanos no corrigen sus señales políticas y éticas, en cada evento democrático.
Comparto plenamente la grave sentencia de Rigoberta Menchú Tum, Premio Nobel de la Paz (1992), que señaló: “El crimen organizado, junto con la corrupción y el narcotráfico, han constituido una fuerza que no es paralela al estado …… es realmente un Estado dentro de él”. Aunque los grandes referentes ético no han estado a la altura (ni personas, ni instituciones) y la élite le saca el cuerpo al tema, tenemos la convicción que, la manera de abordar esta crisis es de forma integral, revisando los marcos teóricos causales, superando la banalidad, lenidad y obstruccionismo, en nuestras instituciones referentes. Se requiere una Gran Cruzada por la Ética. ¿Habrá quienes la asuman y lideren?