Santiago 09 de agosto 2020
Ya no son los españoles: Arauco tiene una pena.
Por Gary Nuñez Ordoña
Cuesta creer, que el grupo de chilenos que menguaba con cantos raciales el nombre del pueblo Mapuche, el domingo pasado fuera de la municipalidad de Victoria, sean personas, que los mueve solamente la defensa de los bienes públicos de su comuna, tal como se manifiestas en algunos audios que circulan en las redes sociales.
Ya por el año 1554, mientras el Virreinato del Perú era dirigido por don Andrés Hurtado de Mendoza, quien nombro a don Gerónimo de Alderete como adelantado de Chile, ya enviaban notas o noticias a España que hablaban “del amor de los araucanos a la nativa independencia”.
Luego Alonso de Ercilla, reafirma en la introducción del capítulo I de la Araucana; “El cual declara el asiento y descripción de la provincia de Chile y Estado de Arauco”, “Cosas diré también harto notables de gente que a ningún rey obedecen”. Y así terminaría diciendo “Chile, fértil provincia, y señalada en la región antártica famosa, de remotas naciones respetada por fuerte, principal y poderosa, la gente que produce es tan granada, tan soberbia, gallarda y belicosa, que no ha sido por rey jamás regida, ni a extranjero dominio sometida”. Entones la pregunta es la siguiente.
Qué les hace pensar, que esta raza, que pareciera avergonzara a algunos chilenos, no pueda ser reconocida como el Estado Mapuche.
Arauco tiene una pena, qué duda cabe. Hoy no son los españoles, los que los hacen llorar, hoy son los propios chilenos los que le quitan su pan. Así describía Violeta Parra, la realidad del pueblo Mapuches a comienzo del año 1960. 60 años atrás.
Hoy no solamente les han quitado el pan. Les han quitado las tierras, el agua y han pretendido quitar su identidad inundando sus campos santos en el alto Biobío y su dignidad. El Papa Juan Pablo Segundo en su visita a Chile en plena dictadura militar el 05 de abril de 1987 ya decía; “Por eso, el Papa, hoy desde Temuco, alienta a los mapuches a que conserven con sano orgullo la cultura de su pueblo: las tradiciones y costumbres, el idioma y los valores propios. Y continuaba diciendo, “Al defender vuestra identidad, no sólo ejercéis un derecho, sino que cumplís también un deber: el deber de transmitir vuestra cultura a las generaciones venideras, enriqueciendo, de este modo, a toda la nación chilena, con vuestros valores bien conocidos: el amor a la tierra, el indómito amor a la libertad, la unidad de vuestras familias”.
Más allá de todo ese reconocimiento al pueblo araucano, que en realidad es el pueblo Mapuche, la iglesia, no estuvo exenta de pecado en el periodo de la conquista. La iglesia llegó con los conquistadores y se hizo parte en el intento fallido de doblegación y pérdida de identidad de sus valores y creencias del pueblo Mapuche. Para aquellos que aun con fe apoyamos esta iglesia católica llena de defectos, errores y pecados de lesa humanidad, algo de conformidad nos trae la reflexión de la Conferencia Episcopal de América Latina y en palabras de Juan Pablo II manifestaba; “Pido que la Iglesia se postre ante Dios e implore perdón por los pecados pasados y presentes”. El Papa Francisco en su visita a Bolivia también decía; “Humildemente pido perdón, no solo por las ofensas de la iglesia católica, sino por los crímenes contra los pueblos originarios durante la llamada conquista de América”.
Ante los categóricos reconocimientos del Estado Vaticano a través de sus máximos representantes, qué duda cabe, que el pueblo Mapuche fue y ha sido blanco hasta el día de hoy de los más descarnados ataques por parte de una raza, que se apoderó de sus tierras y ha querido vulnerar todos sus derechos.
Los medios de comunicación se esfuerzan por mostrar la destrucción de vehículos livianos y de alto tonelajes, asociados al lenguaje de violencia, guerra, atentado y terrorismo. El mundo al revés. ¿Si estos actos representan alguno de esos adjetivos, cuales son los adjetivos para representar todo el sufrimiento, el odio y los crímenes sufrido por el pueblo Mapuche?
Los crímenes de lesa humanidad, son conductas punitivas en el Derecho internacional y forman parte de los crímenes fundamentales, del Derecho penal internacional.
El estado chileno no ha sido capaz de; primero; reconocer los abusos cometidos contra el pueblo Mapuche y Segundo; no ha sido capaz y ha carecido de intensión verdadera y genuina por reponer o reconocer el estado Mapuche.
Existen dos tipos de violencia decía el Presidente Piñera en la seuda cuenta pública pasada, por llamar de una manera, la violencia física y la violencia en los chats, wps y redes sociales. El Papa Francisco, más allá de todos los errores comunicacionales y de forma en su visita a Chile, en su homilía en la Santa misa por el Progreso de los Pueblos en miércoles 17 de enero del 2018, en el aeródromo Maquehue, en Temuco nos dijo “Existen dos formas de violencia que más que impulsar los procesos de unidad y reconciliación terminan amenazándolos. En primer lugar, debemos estar atentos a la elaboración de «bellos» acuerdos que nunca llegan a concretarse. Bonitas palabras, planes acabados, sí —y necesarios—, pero que al no volverse concretos terminan «borrando con el codo, lo escrito con la mano». Esto también es violencia, ¿y por qué? porque frustra la esperanza”.
Claramente al Presidente le falto incluir este tipo de violencia en su discurso. Pero no perdamos la esperanza. Si descargamos el discurso original talvez la encontremos ahí. No pierdan el tiempo.
La frustración de la esperanza. El movimiento estudiantil también nace por la “frustración de la esperanza”. Educación de calidad y gratuita. No más AFP, también “frustración de la esperanza” de la promesa de una pensión y vejes digna. “Frustración de la esperanza”, el movimiento feminista que reclama y clama por seguridad, reconocimiento y mismas oportunidades frente a los hombres. Estallido social, “frustración de la esperanza”, por un Estado protector y no un Estado abusador.
“Frustración de la esperanza”, del Pueblo Mapuche. No. No existe un documento que plasme o manifieste la intensión por restituir los derechos del pueblo Mapuche. Lo más cerca fueron las intenciones del Intendente Huenchumilla. ¿Por qué no fructificaron? Seguro que no existía piso político.
Por el contrario, en las primeras declaraciones del Ministro Víctor Perez en la Araucanía, existe un claro abandono del dialogo y este ministro constituye una clara amenaza para el Pueblo Mapuche, manifestó Aucan Huilcaman Paillama.
Arauco tiene una pena, que no la puedo callar, son injusticias de siglos que todos ven aplicar.
Nadie le ha puesto remedio pudiéndolo remediar, levántate Huenchulán.
Arauco tiene una pena, más negra que su chamal, ya no son los españoles, los que les hacen llorar. Hoy son los propios chilenos, los que le quitan su pan y dignidad, levántate Pailahuán.