Por Vidal Naveas Droguett
FRANCISCO “PANCHO” GUERRA
La radiotelefonía local hoy está de duelo, uno de los más longevos locutores de Copiapó ha partido. Con él se va una forma diferente de hacer radio.
Sí, porque Pancho tenía un estilo diferente para llegar a sus auditores, primero que nada elegía su música, la que coleccionaba comprando viejos long play´s – de vinilo, de donde sacaba los mejores temas – esos del recuerdo, esos que él sabía que iban a pegar. Tenía un gran olfato musical, aparte de la experiencia que le dan los años de circo.
Fue partícipe de las nacientes emisoras copiapinas, Juan Godoy y Radio Atacama, donde hacia despachos radiales desde el lugar de los hechos, consiguiendo teléfonos en cualquier parte, pues no existía la tecnología que tenemos hoy. El caso es que, informaba la noticia a como dé lugar. El oficio lo aprendió en la Radio Municipal de Copiapó que, hacía sus transmisiones para la plaza de nuestra ciudad, desde el antiguo Estadio Techado Municipal.
Pancho Guerra, voz inconfundible, retaba a sus auditores, les hacía hincapié en que hay que levantarse temprano, estudiar y ser responsable, les llamaba la atención como si estuviera tratando con ellos personalmente. Tal vez los que no lo conocieron puedan haber tenido una mala imagen de él, por su desgarbado vocabulario coloquial, muy lejano de esos fingidos y rebuscados locutores de hoy, esos que,ensayan hasta la mímica frente a un espejo, como si alguien los estuviera viendo.
Se va a echar de menos su voz, y su innegable voluntad de servicio a la comunidad – ya no escucharemos ese “ya chiquillo, vamos a ver qué podemos hacer con tu caso, tu sabis que la radio no es mía, pero algo haremos con estos macanu’os de porquería –”…
Francisco del Rosario Guerra Pérez, nació en Copiapó, el 18 de agosto de 1944, hijo de Isolina Francisca Pérez y Benito del Rosario Guerra Portilla. Vivía en el pasaje Maipú de Copiapó, y era habitual verlo caminando en las madrugadas para iniciar su programa misceláneo, noticioso y musical a eso de las 4 o 5 de la mañana.
Pancho en su juventud trabajó en la Municipalidad de Copiapó, fue Inspector Municipal dedicado a la fiscalización de patentes de negocios y vehículos.
En el año 1973, fue cesado de sus funciones y no estuvo libre de los golpes ni de la prisión por pensar diferente.
Con los años olvidó esa dura etapa de su vida y se convirtió en un ciudadano sin rencor ni odio, a tal punto que en sus programas siempre bregaba por el respeto a carabineros y a las fuerzas armadas.
La prueba está en sus imaginarios desfiles que relataba “desde la Plaza de Armas de Copiapó” con el único motivo de llevar a sus auditores las emocionantes marchas militares. Es la única radio de Chile que tenía en su programación este tipo de música.
Pancho nos dejó la tarde del 27 de marzo de 2018 a los setenta y tres años de edad, victima de un infarto al miocardio que le afectó días antes, y su deceso causó la natural conmoción de quienes le escuchábamos regularmente en las madrugadas.
Principalmente le van sentir mucho aquellos auditores de la feria libre, quienes mantenían un contacto muy personal con el locutor, pues el Pancho era un personaje del pueblo y su programación estaba dedicada íntegramente a las comunidades populares. Es decir al corazón del pueblo, a “la gallá…”
La Capilla Ardiente será levantada en calle Colipi, entre O’Higgins y Atacama, de Copiapó.