Obesidad Por: Dr. Omar Luz Hidalgo

 

publicado por Marcelo Ruiz-Tagle Escobar

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Opinión

Hace unos pocos días, el 4 de marzo, se conmemoró el día mundial de la obesidad. Esta fecha tiene como objetivo hacer tomar conciencia las personas acerca de los tremendos riesgos para el organismo que significa tener esta enfermedad y se considera en la actualidad una epidemia, dado que poco menos de un cuarto de la población mundial la padece. Lo que ocurre es que, usualmente por el consumo abusivo de grasa y azúcares – que, dicho de paso este consumo es bastante adictivo-, se va acumulando grasa, la que es muy difícil de disminuir.
El problema fundamental de la obesidad no es solo lo que significa en sí, es decir disminución de la movilidad, cansancio más fácil, pérdida de agilidad, además reducción de la autoestima y riesgo de bulling en la época escolar, sino que a la larga llega a arrastrar al organismo a otras patologías tales como diabetes mellitus (tipo II), hipertensión arterial, complicaciones articulares, problemas cardiovasculares, posibilidad de cáncer, dado el proceso inflamatorio crónico que significa esta enfermedad y en los exámenes se verá un incremento del colesterol y de los triglicéridos.
Existen dos actitudes que se complementan y que contribuirán a prevenir e incluso tratar esta enfermedad. Me refiero a una dieta controlada y mas bien sana, evitando los alimentos muy grasos, la comida rápida y los alimentos muy azucarados o preparados con harina y además una rutina diaria de ejercicios, especialmente esto último dada la alta tendencia al sedentarismo, muy influenciado en los últimos años, por el confinamiento a que nos vimos obligados debido a la pandemia del Covid19.
En lo que se refiere a la obesidad infantil, este es un problema emergente muy serio y que lamentablemente no siempre se le toma en cuenta por parte de los familiares. Este problema se ve agravado porque muchas abuelas que quedan a cargo de los niños, mientras los padres trabajan, se muestran renuentes a creer que estos lactantes o preescolares se encuentran bien o con sobrepeso, pues, dada la fisonomía de ellos, les da la impresión que están delgados y los tienden a sobrealimentar.
Cuando el lactante recibe leche materna exclusiva hasta los seis meses y prosigue después hasta los 2 años o mas, está proporcionándole un cierto grado de protección contra la obesidad y contra la presencia de comorbilidades como las mencionadas, en la vida adulta. La leche de fórmula, aún las más modernas y caras que han intentado asemejarse a la leche humana, no han podido proteger contra la obesidad.
En resumen, la leche materna es el mejor modo de alimentar a los lactantes ayudando de este modo a evitar una obesidad durante la vida adulta y ya en pre-escolares y adolescentes realizar ejercicios ojalá programados o con una participación en alguna disciplina deportiva, además de organizar una alimentación sana, baja en azúcares, harinas y grasas van a contribuir a mejorar las condiciones de esa persona, con lo que se disminuirá la presencia de enfermedades secundarias, evitando de ese modo complicar las condiciones de vida y aumentar sus gastos en medicamentos en el futuro.-