Pueblo Amigo

Del libro «La Luna de Pueblo Hundido» de Tussel Caballero

No es que estés hundido.

Es que la tierra ahuecó su mano

para protegerte del viento nortino

que como río

corre a contramano,

golpeando sus alas

en las filudas esquinas

de los cerros.

Primero fue una casa

dibujada con prisa

desafiando la pampa.

Después vinieron otras

con carretas y durmientes.

Con perros y chiquillos,

cuando Potrerillos tronaba

su primer disparo

y ahuyentaba a mis hermanos Coyas.

Pese a la distancia

tu recuerdo no ha dormido.

Piel adentro me camina

en la suela andariega del minero

o en la hombría bonachona de mi padre.

Tu recuerdo se hace grande

como grande es la distancia

en que te escribo.

Todo lo tuyo está conmigo

ahora y siempre:

Tus mañanas de trenes.

Tus tardes de viento.

Tus noches de vino.

Piel adentro tengo una ventana

donde tu aliento golpea

noche y día,

y el sol que acompañó mi infancia

también por ella dentra.

Y el tropel alocado

de todos mis hermanos

que dejaron el trompo

para empuñar la pala.

Y tus calles abiertas

a lo largo del río,

y tus trenes que iban

traqueteando en la pampa,

y esa cruz que en el cerro

rasguñaba la luna

y tus minas pequeñas

repartidas en los cerros

inventando las casas

al resguardo del viento.

Todo eso que estuve.

Está conmigo ahora.

Pueblo amigo

soy una raíz tuya.

Pero, una raíz que canta

y cuando mi canto florezca

Tú florecerás conmigo.

Soy una raíz tuya.

Pero antes fui una rama

que pululó en tus calles.

De entonces es mi recuerdo.

De entonces mi cariño.

Cuando eras un andén

donde el minero venía

a despedir su hastío.

Cuando eras vino altivo.

Y el pisco viajaba

como oscuro polizonte.

Cuando eras música y baile

y hombría desatada

en las noches de pleito.

Cuando eras plegaria blanca

en los domingos de misa.

Y un palabrón obsceno

pasada la medianoche.

Y cuando el surtidor de agua

vivía en las esquinas.

en las esquinas vivía

en su casa de cristal

la luz azul del carburo.

Desde entonces te amo.

Desde siempre te amo.

Pueblo Amigo (al que nunca

pude decir hundido).

Si el norte soleado

es la cabeza de Chile;

En tí está el corazón.

Por eso nunca puedo decirte

hundido.Porque cómo yo

hay muchas ramas tuyas

y ramas de tus ramas

que juntos a la tierra

que ahuecó su mano

juntaremos las nuestras

para protegerte.

Nunca estarás hundido.

Nunca lo estarás.

Nunca. Nunca. Nunca.