JAIME ANTONIO SUAREZ PEREZ
Sociólogo y Planificador Social (ONU-ILPES)
En la actualidad la palabra “desarrollo” tiene un conjunto de significados, que van desde el concepto de desarrollo personal al desarrollo de los pueblos y de las naciones. En su uso corriente no hay acuerdo en cuanto al significado. Por una parte el desarrollo se asocia con optimizar la ganancia (crecimiento económico) de los actores, otra dice que es la calidad de vida y una tercera, que habla de superar las brechas de vulnerabilidad.
No obstante lo anterior, el sentido común del ciudadano de a pie dice que el desarrollo está asociado a grados crecientes de confort, comodidad y “felicidad” de las personas, quienes en un estadio futuro supuestamente lograrán ciertas condiciones, personales, sociales, económicas, etc., que permitirán que la gente esté “más contenta”.
No obstante ello, hoy sabemos que el “desarrollo” unido a la promesa de la “felicidad” ha sido el legado del siglo de las luces, del pensamiento científico y finalmente del uso de la razón como método para revelar una supuesta verdad, que estaba íntimamente ligada al conocimiento científico y el descubrimiento de las “claves” de la felicidad de los pueblos.
A tres siglos casi de la revolución industrial, el paisaje sigue siendo parecido y la promesa de felicidad se ha transformado en el privilegio de unos pocos y la desigualdad de millones.
A casi medio siglo de la “vía chilena al socialismo”, paradojalmente el capitalismo en su versión 2.0 ha sido el gran triunfante a la fecha: ha formado sujetos-cosa, ha alienado a grupos significativos de la población que observa con mucho agrado el aumento de las posibilidades de cosificar sus precarias existencias.
En consecuencia al 2015 estamos frente al hommus consumidor, el cual es un artefacto sin convicción que convierte su vida en una vitrina de objetos.Sin embargo una gran masa de actores institucionales aún creen ver que la plaza pública existe, que hay una participación desbordante y todas esas justificaciones para hacer más de lo mismo. A muchos de estos actores no les conviene o no saben que el escenario ha ido cambiando y los intereses ya no son los mismos, es la dinámica de la sociedad y de la política. Hay mayor desafección de la política, hay redoblamiento de clientes de las políticas públicas (la madre, después el hijo, el hijo del hijo y así), todos ellos viviendo del beneficio municipal de turno o del bono del gobierno.
Frente a este escenario el diagnóstico debe ser afinado, ya que toda acción destinada a promover la participación de la gente para fortalecer el desarrollo inclusivo, comienza con el pie equivocado. Entonces, en el horizonte emerge el clientelismo de dirigentes antiguos que a sabiendas de los procedimientos, logran financiamiento para iniciativas circulares, que muchas de ellas sólo promueven el paternalismo de las instituciones gubernamentales. Es decir, son los mismos de siempre por sobre una gran masa de actores que quedan desvinculados de la tarea de hacer país, región, provincia y comuna. Recuerdo la formulación de un Pladeco (Plan de Desarrollo Comunal) actividad rectora del desarrollo comunal y que para algunos alcaldesha sido históricamente un procedimiento legal que curiosamente será olvidado en el escritorio de algún funcionario de “confianza” principalmente formado al calor de la enseñanza media regional amigo del alcalde y locutor de las actividades.
Por otra parte están los personalismos (egos) de actores influyentes que al final del día reducen su acción estatal al amiguismo y al “pago del favor político”. Nuevamente en dicho contexto una gran masa de ciudadanos queda fuera y/o decide provocar lo que hoy se denomina “movimiento ciudadano” que no es más que un conjunto de ciudadanos que se reúnen por una causa específica y que no ven otro camino que demandar en la calle el acceso al bienestar en salud, educación, etc.
En síntesis, los mecanismos de participación ciudadana no logran capturar el contexto de nuestra realidad en lo que algunos sociólogos llaman la “post modernidad”, el “neo capitalismo”, etc.
Para revertir el fenómeno hay que mirar la realidad de un modo acucioso y serio, que “desenchufe el parlante” de los anuncios grandilocuentes. Hoy las redes virtuales se han constituido en un sexto poder y el “hacer ciudad” desde la vereda del frente y en forma invisible es un dato que ya se instaló en nuestra sociedad.
Dado este nuevo horizonte, es necesario replantear técnicas y estrategias, fortalecer los gobiernos regionales con entidades pensantes y no solamente reproductores de formatos cuadrados llenos de casillas para rellenar. Lo anterior no sirve para la implementación de las reformas del Plan de Gobierno. Los formatos estándar de clasificación de personas y actividades son un dato que no dice nada a parte de contar y registrar.
Pienso que hoy más que nunca nuestra región debe explorar otros caminos, el desgaste de la minería es evidente, el déficit del agua no es misterio y el salvajismo brutal de las compañías de servicios sanitarios es un tema muy raro.
Hoy Atacama requiere expandir su mirada hacia sitios que no han sido suficientemente explorados, por ejemplo es importante pensar en el turismo regional como un nuevo polo de desarrollo, cuestión que requiere un fuerte componente profesional para darle movimiento a un tema que en Atacama se ha reducido a un grupo de operadores pequeños que con notable esfuerzo y perseverancia dan la pelea por construir región en un sector raramente recordado. Allí se requieren esfuerzos notables de profesionales, técnicos y operadores turísticos en general que den forma a un Plan de Desarrollo Turístico de Atacama plenamente actualizado y que recoja el interés del público objetivo en procesos planificados de participación ciudadana con un componente regional que no se resuma a un dato para la cuenta pública, sino como parte de un proceso donde la convicción y el deber, el profesionalismo y la voluntad se conjuguen de un modo simétrico.
No obstante lo anterior, estoy muy claro que nos enfrentamos a otro problema: la fuga constante de profesionales tanto de universidades regionales, como el desinterés por un sistema que no está plenamente capacitado para el pensamiento y la acción profesional, por lo cual no resulta ser una plaza atractiva. Sólo basta examinar ciertos perfiles de quienes toman decisiones para comprender que el promedio de quienes están en situaciones de influencia no requieren de profesionales; para este grupoel amigismo, el lote o como se quiera llamar es mas efectivo para los intereses personales que una decisión de estado. La acción aduladora eleva los egos más íntimos de directores, jefes, etc. , es decir poco a poco el virus de altura (Laura Rodríguez) comienza a hacer su operación fatal: creer que lo haces bien, cuando todo dice que se está frente a un desastre maquillado de éxito.
Hace años conocí a Phillipe Llanas, un funcionario de alto rango de la cooperación francesa que llegó a Copiapó. La oferta era un conjunto de becas financiadas por el gobierno francés para estudiantes vulnerables de la provincia de Copiapó. El proyecto ya estaba en marcha en la comuna de Navidad (VI Región) y la idea era hacer un piloto en Copiapó para instalar al menos 20 jóvenes en la localidad de Bordeuxpara perfeccionamiento en asuntos agrícolas. En síntesis, todo se vino abajo por la falta de interés de ciertos técnicos de un ministerio con representación regional, ya que no comprendían el protocolo francés para los convenios y por lo tanto la sentencia fue que nada se podía hacer. Phillipe Llanas me dijo, sabes? No entiendo cómo pueden gobernar, si no tienen profesionales capacitados. Phillipe partió con 20 cupos vacíos. Es decir, hoy, después de muchos años, es probable que haya 20 jóvenes atacameños que sigan reproduciendo la pobreza. Ellos nunca supieron que estuvieron a punto de romper las brechas de la pobreza. Pero también nunca supieron que profesionales débilmente capacitados fueron sus propios verdugos.
En síntesis en regiones se debe fortalecer la “racionalidad profesional”, ya que hoy muchos profesionales capacitados de verdad deben someterse a la ignorancia de quienes tienen la extraña virtud de “conocer al que la lleva”. No hubo mérito en su designación sólo una llamada telefónica.
Hoy hay 20 jóvenes atacameños que reproducen la pobreza y sus vicios. Ellos nunca supieron ni sabrán que un día llegarían a Francia en calidad de ilustres becados. Nunca supieron que la ignorancia tiene más poder que un conjunto sólido de argumentos.