LA FÁBRICA CERVECERA DE LIMACHE BAJO EL MANDO DE LOS TRABAJADORES. Mauricio González Pinto.

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Publicado por Marcelo Ruiz Tagle Escobar director@eloradorilustrado.cl

El pasado, la memoria y la actualidad.

El pasado viernes 16 de agosto, se conmemoraron 53 años de la toma de la Compañía de Cervecerías Unidas de Limache, acción llevada adelante por los sindicatos de trabajadores de la fábrica que derivaron en un hecho muy significativo en la historia del movimiento de trabajadores la incorporación de  todas las filiales del país en el Área de Propiedad Social durante el gobierno de la Unidad Popular: “el gobierno de los trabajadores con sabor a empanada y vino tinto”. Hoy un episodio borrado en la historia local de la ciudad.

Para poder ubicarnos geográficamente, Limache es hoy una ciudad que en la actualidad, forma parte de la Provincia de Quillota, Región de Valparaíso.

Pertenece al Distrito Electoral Nº 12 y a la 5ª Circunscripción Senatorial Quinta Interior. Tiene una superficie de 294 km² y una población de 39.219 habitantes. Es conocida por la producción de tomates, pero además, se encuentra ubicada en la Reserva mundial de la biósfera Parque Nacional La Campana-Peñuelas.

Hoy espacio de resistencia ciudadana contra la depredación empresarial transnacional que como medio de verificación tiene la instalación de la Carretera eléctrica Cardones Polpaico, conflicto socioambiental, al ecocidio declarado en una zona de sacrificio.

Quizás, estimado lector pueda ser para usted extraño que inicie el artículo refiriéndome a esta problemática. Sólo deseo describir las condiciones actuales del territorio y plantear la salvedad que implica vivir en una “zona de sacrificio” y la relación que tienen estos conflictos con la memoria.

Los comuneros de La Dormida establecieron un acampe como acción de resistencia al Megaproyecto electrico. El campamento “Resistencia/Esperanza” fue una acción desesperada de la misma comunidad. Estuvieron días viviendo en la cumbre de una torre de alta tensión.

Ellos y ellas son depositarios de sus convicciones profundas, son el testimonio que tanto ayer como en la actualidad se levanta contra la resignación de unos y expresan la acción común, movilización de voluntades y el ejercicio de la dignidad deliberativa propia de nuestra capacidad humana. En ellos se guarda la memoria.

Las comunidades, la sociedad civil, también han cantado victoria con la detención de la central termoeléctrica “Los Rulos”, hechos que de una u otra manera revisten o describen en la actualidad lo vivido, la expresión colectiva desde donde es posible recordar en común. Lugar de memoria.

El libro: Memoria Cervecera, lanzado recientemente, es una investigación donde se “exponen los testimonios de trabajadores(as) y habitantes de Limache, quiénes relatan la experiencia de un proceso político, social, cultural y económico significativo, que se desarrolló durante el gobierno del presidente Salvador Allende Gossen (1971-1973), cuando los trabajadores organizados en sus sindicatos participan directamente del control de los medios de producción en sus fábricas y comienzan a ser parte del Área de Propiedad Social (APS) durante la Unidad Popular haciendo efectivas las medidas que incorporaba el Programa de Gobierno.

Son pinceladas de una obra de arte que no ha sido expuesta la voz de un sector social que en ese corto pero trascendental momento fue “el gobierno de los trabajadores”.

Testimonios que por otra parte, refieren a los catastróficos acontecimientos provocados por el golpe de Estado cívico militar donde la violencia política y el plan de represión y exterminio liderado por la Armada de Chile contra trabajadores organizados en sus fábricas cobró la vida de: Oscar Armando Farías Urzúa: 33 años, ejecutado político (1973).

Jaime Aldoney Vargas: 30 años, detenido desaparecido (1973). Jorge Eduardo Villarroel Vilches: 38 años, detenido desaparecido (1974). Arturo Julio Loo Prado: 27 años, detenido desaparecido (1974) y Carlos Antonio Vargas Arancibia: 30 años detenido desaparecido (1975).

Jaime fue un joven regidor socialista elegido en las elecciones municipales de 1971, fue el primer interventor de la Compañía de Cervecerías Unidas de Limache (1971-1972) y posteriormente fue legido como Director nacional de compañía (1972-1973), hoy es un detenido desaparecido. Carlos, trabajó como empleado electricistas en la industria, fue detenido junto a Jaime y otros dirigentes sindicales durante los operativos de allanamiento y toma de la fábrica el 12 de septiembre de 1973.

Trasladado al campo de concentración de la Armada de Chile en la Base Aeronaval de El Belloto en Quilpué, tras gestiones realizadas por su padre lograron su liberación. En ese lugar de horror fue asesinado Jaime Aldoney Vargas. El jueves 29 de mayo de 1975, Carlos fue secuestrado por agentes de la Dirección de Inteligencia Nacional, presumimos que el secuestro se relaciona con la fase represiva implementada por la DINA dirigida contra los militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionario MIR. Pero no hay certezas sobre la militancia o simpatía de Carlos con aquella organización, hoy es un detenido desaparecido.

A grandes rasgos, la publicación contiene un breve recuento de sucesos gravitantes, que forman parte de la memoria colectiva de la población, quienes con voluntad, inteligencia y empeño en el espacio local se la jugaron por hacer del sueño de la construcción del socialismo una realidad. En este sentido, también es una fotografía de una época de grandes revoluciones.

La elaboración del artículo es un recorte del Libro: Memoria Cervecera que se ha adaptado para esta publicación.

La toma de la Compañía de Cervecerías Unidas de Limache.

El terremoto que azotó la región central del país la noche del jueves 8 de julio de 1971 magnitud 7.8 con epicentro en La Ligua, provocó significativos daños. Informes oficiales de la época hablan de 85 muertos y centenares de heridos en localidades como: La Ligua, Illapel, Los Vilos, Salamanca, Combarbalá y Limache, entre otras.

Los trabajadores de la Compañía de Cervecerías Unidas organizados en sus respectivos sindicatos, eran representados por dirigentes sindicales que tenían voz y voto en la Confederación nacional de trabajadores cerveceros. Años antes del terremoto del año 1971, propusieron la inclusión en un “acta de convenio” negociada y ratificada por la gerencia de la empresa, que ante la necesidad provocada por diferentes siniestros la compañía debía entregar recursos económicos a sus trabajadores para restaurar los daños.

Los trabajadores que habitaban las viviendas de la Población CCU de Limache, cansados por el no pago de estos beneficios a todos sus asociados, decidieron hacer efectiva la toma de la fábrica, sin detener la producción.

Situación además tiene para los trabajadores la justificación de comprender que desde la gerencia se habían implementado una serie de políticas que impedían producir a la capacidad total, escenario que es descrito y publicado en la prensa regional:
“Los trabajadores dieron a conocer al Secretario de Estado, los antecedentes relacionados con la negativa de la empresa para llegar a una solución del conflicto que les afecta y que les ha impulsado a mantener la industria tomada en Limache.
Los dirigentes dijeron que la gerencia de la empresa no aceptó los tres puntos fundamentales del pliego planteado por los trabajadores: cumplimiento de la ayuda a los trabajadores damnificados (data de 1965); aumento de la producción, para lo cual, la empresa debe abastecer de envases necesarios y participación del sector laboral en el Comité ejecutivo.

Por otra parte, también los dirigentes denunciaron al Ministro, que la Gerencia General de la CCU, ordenó a Carbón Lota no entregar combustibles para la planta de Limache, siguiendo la misma política negativa con los abastecedores de tapas Corona, Soda caustica y proveedores de etiquetas, todo lo cual podría provocar la paralización total en la fábrica en conflicto. Esto, afirmaron los dirigentes, significaría, además, la pérdida de 3200 kilos de cebada tratada con un jugo a pérdida superior a los 300 mil escudos.

Así también se suspenderían los envíos de cebada malteada a La Serena y Santiago y el gas carbónico a la Planta Chacabuco de Valparaíso, lo que acarrearía la paralización de la elaboración de aguas gaseosas.

El Ministro Vuskovic planteará esta situación hoy sábado al Presidente de la República Dr. Salvador Allende, y el próximo lunes recibiría en el despacho de Santiago a los dirigentes de la Confederación de Sindicatos Cerveceros de Chile, Federación de Empleados y dirigentes de los sindicatos de Limache, ocasión en que les comunicará la resolución de ese Ministerio sobre el problema.” (Diario La Unión de Valparaíso. Sábado 25 de agosto 1971.)

La movilización iniciada en Limache, recibió el apoyo y solidaridad de la Confederación Cervecera. Desde el 31 de agosto de 1971, la Planta Chacabuco de Valparaíso, junto a los trabajadores de todas las plantas del país se unen a la paralización: Antofagasta, La Serena, Santiago, Valparaíso, Talca y Osorno. Juntos solicitan al gobierno que la empresa sea estatizada, agrupando en el petitorio a la Confederación de obreros de la compañía y la Federación de empleados, indicando que el movimiento lo mantendrán hasta las últimas consecuencias. Los dirigentes del sindicato de la planta de Limache, implementaron un plan para iniciar una serie de conversaciones con el Gobierno.

Ya no estaban solos. La dirigencia cervecera que históricamente había negociado con los dueños de la empresa, ahora lo hacía con el Estado.

En medio de la movilización la producción de la empresa no se detuvo. Al contrario, inmediatamente incrementaron los niveles de producción: “En el primer día de ocupación se había logrado un aumento de producción en la cerveza de 9000 docenas más, lo que ha significado llegar a un total al día de 42 mil. Además, según informó el presidente del Sindicato de Empleados, Sergio Clarck, desde hoy se pone fin al racionamiento en la entrega de cervezas, que habían estado sufriendo los sectoristas, lo que a su vez, había creado problemas en el normal abastecimiento del comercio dedicado al ramo, a quienes se les estaba entregando cuotas limitadas.

Los dirigentes del Sindicato de Obreros, Oscar Villanueva, presidente; Julio Herrera, secretario; Arturo Jorquera y Raúl Aguilera, directores, junto al presidente del Sindicato de Empleados Sergio Clarck y el secretario José Cabezas, manifestaron a LA UNIÓN que las primeras gestiones se habían realizado en la Inspección del Trabajo local ante el funcionario Mario Barriga y en presencia del administrador de la empresa Eduardo Rojas.


Todos los trabajadores están empeñados en aumentar considerablemente la producción. Para ello están trabajando sobretiempo, lo que redundó en el primer día de ocupación en la superación de los márgenes de producción que antes existían.

Cabe señalar que la planta de Limache abastece con cebada malteada a las ciudades de Antofagasta y La Serena, materia prima esencial para la fabricación de la cerveza. También entrega gas carbónico para la elaboración de las bebidas analcohólicas a Talca y Valparaíso, lo que en ningún momento se suspenderá”. “Desde las plantas de CCU se inició ayer la entrega de las bebidas de fantasía que permite a las diferentes oficinas de distribución de las empresas intervenidas por el gobierno a petición de los obreros y empleados, abastecer a los negocios de la zona. En el grabado, sale uno de los camiones, mientras esperaban las jabas con los diversos tipos de elaboración. El sábado, se contará con las apetecidas maltas y pilseners.”

Es importante, reconocer que el objetivo del control de los medios de producción tenía como objetivo central fue mejorar los niveles de producción.

Oscar Villanueva, recordando las gestiones desarrolladas, nos dice:
“ Así que de ahí llegaron, los impuestos internos, después las reuniones y todas las reuniones y toda la (pila) de cosas. Viajes para Santiago, viajes para acá, y toda la cuestión. Hasta que al final. Lista, la papa. Al área social.”

El sábado 4 de septiembre de 1971, se publica en el Diario Oficial la Resolución N°824, que requisa las diversas plantas de la Compañía de Cervecerías Unidas.

“Artículo 1°Requísese el uso y goce de los establecimientos industriales y comerciales, maquinarias y demás elementos necesarios para la producción y distribución de cerveza de las diversas plantas que la compañía que la Compañía de Cervecerías Unidas tiene en el país.”

La lucha iniciada en la comuna de Limache, tiene impacto nacional, al incluir todas las plantas cerveceras del territorio nacional en el APS.

“Al 9 de septiembre de 1971, luego de la intervención, se comenzó a distribuir 30 mil docenas de bebidas gaseosas, se contrataron 6 trabajadores más, a fin de aumentar la producción, las jefaturas no tuvieron variaciones y se nombraría un Comité de vigilancia de la producción.”

Jaime Aldoney Vargas interventor de la CCU de Limache.

 

Jaime Aldoney Vargas, un joven constructor civil y estudiante de periodismo de la Universidad de Chile, sede Valparaíso (hoy UPLA), fue electo regidor de la comuna en la elección municipal de 1971. Por primera vez en la historia política de Limache dos socialistas ocuparon ese importante cargo.

El hermano de Jaime , Gabriel Aldoney Vargas, nos cuenta como el constructor civil asume el compromiso político: “Mira, yo no sé exactamente cuál fue su evolución, o sea, por qué llegó el al Partido Socialista. Pero, Jaime tomó el Partido Socialista siendo muy joven, o sea, estando a fines del liceo, ya hablaba de su interés en esto, y cuando entró la universidad poco a poco se fue vinculando a eso. Y por eso era un poco sorprendente para nosotros, porque no era, por decirlo, la moda que había en ese momento. Ahora él fue siempre una persona muy realista en cuanto a cómo expresaba su posición política… Y hubo un personaje aquí en Limache, que con su amistad y con su desarrollo mantuvo una relación muy estrella, que era Hugo Arrellano Herrera, que era el director de la radio, que falleció hace unos años atrás, y con quien mantuvo una amistad de siempre.

Testimonio de Gabriel Aldoney Vargas, entrevista realizada en su casa Limache junio de 2024.

Junto a lo anterior, Gabriel explica parte de las rutinas que se desarrollaban en el espacio familiar, donde había un clima de diálogo y tolerancia, promovido por su padre. La familia de Jaime proviene del sur del país: “…nosotros veníamos desde Talcahuano y por una enfermedad de mi padre llegamos aquí a Limache, buscando un clima más seco o menos marítimo. A pesar de que yo nunca entendí esto, porque mi padre trabajaba en Valparaíso, o sea, que era más o menos lo que quería estar, pero era lo que nos tocó vivir. Ese es el origen de por qué llegamos y aterrizamos en Limache. Y también el hecho de que nuestro padre era una persona muy especial en el sentido que estaba siempre preocupado de que nosotros entendíamos el mundo de la manera más amplia posible. Y siempre cuento la anécdota. Él compraba, por ejemplo, desde una revista que era el PEC que era de la derecha, por decirlo de alguna manera, y compraba el vistazo, que era el contrario de eso. Y siempre había discusiones en mi casa, siempre. Los días sábado y domingo nosotros nos sentábamos en el living con una cerveza, ya un poco mayores, y discutíamos de política, y discutíamos de lo que pasaba en el mundo. Y era una cosa muy aceptada y desarrollable, y eso creo que nos marcó mucho como familia.”

Jaime fue elegido por los trabajadores cerveceros como el indicado para ocupar el cargo de interventor de la fábrica cervecera. Los dirigentes sindicales, hasta el día de la toma de la fábrica, no tenían una relación cercana con él, a pesar de haber militantes socialistas en la fábrica. Los trabajadores se relacionaban más con el regidor Héctor Hugo Arrellano. Según su hermano, es posible que algunas de sus cualidades relacionadas con la preparación política y ser profesional pueden haber incidido en esa determinación:
“Bueno, Jaime era un personaje raro al punto de vista profesional, porque él estudió primero construcción civil y estando en el último año de construcción civil, por ahí se puso a estudiar periodismo, y nosotros le preguntábamos ¿y quién es construcción civil, es construir edificios, construir carreteras qué tienen que ver eso con el periodismo?
Y él decía. Mira. El periodismo sirve porque hay que comunicar las cosas, ese era su pensamiento.

Y yo creo que él ya pensaba en su carrera política, él fue regidor, siendo muy joven, junto con Hugo Arellano, aquí en Limache. Y yo creo que estando aquí, por su calidad profesional, etcétera, al verlo, lo designaron como interventor de la Compañía de Cervecerías Unidas aquí en Limache. Y al poco andar, lo designaron el interventor general de la compañía con asiento en Santiago”.

“Y a pesar de eso, Jaime siempre siguió viviendo en Limache. Y viajar de Limache a Santiago no era lo mismo que viajar hoy día. Y él viajaba cada dos días y mantenía una relación con Limache, porque además seguía siendo regidor.
Y yo creo que influyó eso, influyó su condición de ser un profesional que estaba dedicado a la ingeniería de alguna manera. Y su escalón desde Limache hacia Santiago, yo me imagino que sería por que las cosas andaban bien en la Cervecería de aquí, en Limache. Lo que sirvió para dar ese salto, como te digo.”

El apego de Jaime con la comuna y la lucha de los trabajadores es refrendado por su amigo y compañero dirigente Oscar Villanueva:
“Y bueno, Jaime un siete, y siempre, siempre, siempre, apoyando a los trabajadores y todas las cosas… Y llegó a Santiago, y se le fue en collera con los compadres, y todas las cosas.(En el cargo de interventor general en Santiago). Y yo le digo, le converso que yo tenía buenas migas con Jaime, porque yo con él era como un hermano. Como hermano. Porque a mí me decía, tráeme el auto, me quedé dormido. Vivía en la población 18 septiembre, y yo, estaba viviendo en la CCU.” “… Una vez le dije, es qué no tengo nada que ir a hacer a Santiago… pero como era dirigente de la Confederación; ya le dije a los cabros … voy a ir, y partía con él.
Entonces ahí los íbamos conversado, analizando, viendo todas las cuestiones y me contaba cosas. Y en general de toda la industria y de toda la fábrica. Y a mí, siempre me decía, sabes lo que me gusta de ustedes, ¡que chucha que son! (empuña ambas manos) está hueva es la que me gusta. ¡Son firme, firme!”
Testimonio de Oscar Villanueva González, entrevista realizada en su casa octubre 2021.

El relato de las actividades cotidianas, el día a día, de su amigo Oscar Villanueva, están impregnadas de ese destino revolucionario que les tocó vivir: es como una amalgama donde el compromiso político y la lealtad, es cariño, compañerismo, la demostración noble de un hacer que fluye, fuera de todo cálculo mezquino y personalista, acciones que son demostradas en la implementación del casino para obreros y empleados y la construcción del estadio del sindicato.

Un casino para obreros y empleados de la CCU.

La participación abierta y compartida en las decisiones y obras que desarrollaron al interior de la fábrica limachina, prosperaron cuando Jaime fue interventor. Dentro de los proyectos implementados, el casino para trabajadores y empleados, simboliza el fin de un periodo de opulencia desmedida de los dueños de la fábrica y la reconversión de las instalaciones:
“Durante la toma de la empresa, nos tomamos la casa del administrador, echamos para afuera el administrador y era una casa señorial. Era tan grande que se convirtió en el casino de los trabajadores. Un casino de obreros y empleados. Pero para que fuera un casino de obreros y empleados, era un inmenso caserón con una quinta adentro. Pero eran tan feudales, que se daban el lujo de hasta tener un león adentro. Que se paseaba por el muro a veces cuando veníamos saliendo a veces. Y el león se andaba paseando.
Y tenía un trabajador obrero, que era hermano de un presidente del sindicato, le hicieron una jaula como de oro y se daban esos lujos excéntricos, millonarios, el tener un león en la fábrica.”

Testimonio de Víctor Fuentes, entrevista realizada en su casa, noviembre ‎2021.

Fue así como se instaló un casino para obreros y empleados, idea que surge del mismo Jaime Aldoney, implementado mejoras que dignifican a las y los trabajadores:
“- Organicemos dijo un casino.
– Hizo el casino. Los trabajadores a las 12, el pito almorzar. Y listo, media hora de reposo y después a trabajar, pues.”
Testimonio de Oscar Villanueva González, entrevista realizada en su casa octubre 2021.

Construcción del estadio del sindicato de trabajadores de la CCU.
El fútbol siempre poseyó un lugar importante, practicado masivamente en un terreno de propiedad del sindicato, pero este lugar no cumplía con las dimensiones necesarias para desarrollar la actividad deportiva. Antes de la toma de la fábrica, el sindicato ya estaba con la idea de comprar un terreno. Pero no sabían dónde:
“Por ejemplo, viene la etapa ya después que Jaime organizó todas las cosas y todas las cosas fueron ¡Excelentes! Y, nosotros teníamos un terreno ahí donde está la Quinta Palacio. La que ahora es población. Ahí tenía un terreno, el sindicato. Pero ese terreno era muy chico, entonces querían hacer una cancha, y en la cancha cabíamos nueve por lado. Y, el fútbol se juega con once por lado. nosotros estábamos pensando en hacer una cancha de fútbol.”
Siguiendo el testimonio de Oscar Villanueva, casi como una anécdota, cuenta como lograron hacer un trueque con Osvaldo Anwandter
“¿Qué pasó?
Empezamos a ver ese terreno, todas las cosas. Y, el dueño del terreno era don Osvaldo Anwandter. Él era dueño. Entonces, un día llegó a conversar con nosotros, con la directiva y nos dijo, miren. El terreno que está ahí. Frente a ustedes. Se los cambio por el que tienen ustedes aquí.
– Pero, tienen que darme un billetito, más encima, porque el que yo les voy a cambiar es más grande.”
Los dirigentes partieron a la parte alta de la fábrica para ver de mejor forma el terreno que les ofrecían, quedaron impresionados:
“¡Oh! ¡Qué mansa cancha vamos a hacer aquí! ¡Listo!”
Y volvieron a juntarse con el empresario:
“ Y de ahí conversamos con Anwandter, y los dijo:
– ¿Sabes por qué se los vendo? Esto tiene agua, tiene todo. Miren vengan. Y tenía sembrado repollo. Y los repollos estaban así (con sus manos indica que eran pequeños) y tenían así, 1,2,3,4,5, grumos de como hollín de la chimenea de la fábrica.
– ¿Entonces, qué voy a producir aquí? ¡No saco nada!
¡Ya! ¡Listo! de acuerdo, de acuerdo.
Pero los falta el billete. Y fuimos a hablar con “Jaimito”Jaimito le decíamos (se ríe).
Le dijimos que había surgido un problema. Hizo el cheque al tiro no más.
¡Na!… ¡Ni una cuestión! ¡De una! ¡Y listo!
Y nos dijo: Y lo hacemos cancha, y hacemos deporte y listo.
Durante el tiempo de Jaime, estaba bien pues. Estaba bien porque cuando estaba Jaime no había ningún problema, ninguna cuestión.”
Con el aporte entregado lograron cumplir la primera etapa del proyecto, ser dueños del terreno para el nuevo “Estadio del Sindicato”. Un hecho que nunca involucró a la gerencia anterior, ni posterior después del golpe. Fue idea del sindicato.
Lo que venía era concretar el sueño. No se trataba de un proyecto menor. Fue así como organizaron tres etapas: limpieza del terreno, emparejamiento del terreno, y, después, la construcción de la infraestructura.
Se dieron cuenta que debían desarrollar todo el proceso de limpieza y emparejamiento del terreno, donde también había árboles. Para lo cual, como era la costumbre, debía resolverse en una reunión con los dirigentes, donde discutían las posibles soluciones, y luego las volvían a conversar bajando las propuestas a la asamblea para ser sancionadas:
Reunión nuevamente de los dirigentes. Y ¿Qué hacemos? Saltó una voz ahí. ¡Trabajos voluntarios! Por sección. Una semana cada uno, y la tiramos para arriba.
Reunión nuevamente, se acepta todo.
Y en la mañanita llegaban a trabajar a sacar los árboles y todas las cosas… después que estaba listo, había que hacer la cancha.”.


El terreno se despejó, pero aún falta mucho para terminar la obra. Se requería más apoyo. Nuevamente, las ideas de Jaime ayudan a solucionar los problemas:
“Se acerca Jaime y nos dijo: ¡Al regimiento!
Al Regimiento de ingenieros. Los ingenieros que tenían las máquinas y todas esas cuestiones. ¡Y listo!
Le pedimos y vinieron los compadres, la encacharon, la arreglaron la cancha, la dejaron, pero espectacular. Y listo hicimos cancha.”
Finalmente, había que comenzar con la construcción de la infraestructura y acondicionar el lugar. ¿Adivinen quién aparece? Jaimito: “Después había que hacer la galería. Y Jaime dijo, mira, allá, hay un montón de“fierro de rieles. Para allá los fuimos a buscar. Hicimos la galería, hicimos todo, hicimos el estadio.”
La implementación del casino para obreros y empleados y la construcción del Estadio del Sindicato de Trabajadores de la Compañía de Cervecerías Unidas de Limache, son la demostración objetiva del profundo sentido de pertenencia y conexión que la política del APS tuvo con las necesidades de la población: la aplicabilidad de las reformas político-económicas desde arriba y lucha popular desde abajo.
Sería extenso poder exponer sobre cada uno de los componentes que definen la aplicación y regulación del APS que tiene un marco institucional: las “Normas básicas de participación de los trabajadores en las empresas de las áreas social y mixta (Mayo de 1971)” , donde rigurosamente se definen los procesos, la organización y formas de participación de las y los trabajadores sindicalizados.
El sentido de la participación directa de los trabajadores en sus espacios laborales, fue un compromiso adscrito en el Programa de Gobierno de la Unidad Popular, que buscaba terminar con un siglo de exclusión, entregando las herramientas y reconociéndolos, como un actor central: “La participación permitirá a los trabajadores transformarse de simples engranajes de la máquina productiva capitalista en elementos activos que decidan consciente y responsablemente su participación en el proceso económico y social entregando toda su experiencia, iniciativa y poder creador. Ello implica consolidar una firme base económica y social que permitirá abrir el camino hacia la implantación del socialismo.”
En concreto, el desarrollo de una planificación propia fue posible al ser ellos los responsables de dar soluciones a los problemas, siendo a nuestro entender lo más relevante de este proceso al cual debían darle conducción: “Estas normas básicas deben ser adecuadas a las características de cada empresa de producción de bienes o servicios, respetando las líneas centrales establecidas en ellas, pero enriqueciéndolas en su desarrollo e implementación. Esta adecuación la desarrollarán los Comités Empresa-Sindicato que se formarán. En cada una de las empresas en que se pongan en práctica las normas básicas.”
Otra política importante desarrollada durante la APS en la fábrica, se relaciona con el diagnóstico que se tenía de la comuna de Limache. No había oportunidades para las y los jóvenes, y si existían estás eran precarias. Una de las importantes medidas que propone Jaime Aldoney y socializa en los comités de producción, fue la creación de un plan de incorporación de mano de obra joven:
“Jaime recibía a los trabajadores, para todas las cosas que había que organizar. Un día, los reunió a la directiva y los manifestó lo que él quería. Que hay un montón de trabajadores, cabros jóvenes, que no habían terminado su cuarto medio, Entonces él quería que ellos, todos esos trabajadores fueran a estudiar, sacaran su cuarto medio y tomaran dentro de la industria, puesto ayudante técnico, ayudante cervecero, ayudante, todas esas cuestiones.
Y qué terminaran los estudios, y listo, Y los puso ahí en diferentes puestos y todas las cosas. Ya dijo, después vamos a hacer aumentar la producción, somos 200, vamos a hacer más o menos unos 400. Vamos a trabajar de día y de noche, dos o tres turnos. Y qué es lo que hizo. Fue, llamó a todos los trabajadores de las poblaciones, los cabros que están sin pega y todas las cosas, y los incorporaron. Empezamos a producir, rompimos todos los índices de producción y todas las cosas”
El mejoramiento de las condiciones sociales, culturales, deportivas, de infraestructura y de producción, desde la solución a las necesidades propias de cada lugar, fue lo que movilizó a millares de chilenos que hicieron carne el compromiso político como Unidad Popular, como actores insustituibles y responsables de su propio destino. Sin embargo, las falsas hipótesis planteadas por los provocadores del golpe de estado, arreciaban. Cosas que tuvieron que enfrentar decididamente, que describiremos a continuación.

El boicot de los comerciantes locales.
El Golpe de Estado siempre estuvo en marcha. Los obreros cerveceros, a diario, enfrentaron las severas condiciones de desestabilización, provocación del caos y el descontento provocado en contra del gobierno de los trabajadores. Es de conocimiento público el daño que produjo el desabastecimiento en todo el país. Sin embargo, propositivamente frente a estas condiciones, el Sindicato de trabajadores de la CCU implementó lo que ellos denominaron “economato”, que consistió en el desarrollo de compras al por mayor, con recursos de sus afiliados, los que luego eran vendidos a precio costo:
“El economato le entregaba -como le dije- todos los víveres, los alimentos y todas esas cosas. Nosotros nos reunimos y acordamos. A mí me dijeron, vos que andaí para todas partes, que estás recorriendo todo Chile, mira donde están más baratas las cosas. ¡Listo! Así que ahí en Talca, tenían aceite y toda esa pila de cosas, y les dije si nos pueden vender. ¡Claro! Me respondieron. Yo le dije al Armando Díaz que era dirigente tesorero. Ya mira. Aquí está la cuestión de las órdenes y todas las cosas, ya está conversado. Hay que mandar el camión y listo. Mandábamos el camión con el billete. Llegó el aceite, y se le repartía a la gente. Se les vendía, no se le regalaba. Pero, a precio costo totalmente. Por ejemplo, las papas, escobas, cebollas, aceite, y todo ese tipo de cosas.”
También la venta de bebidas y cervezas producidas en la fábrica, fueron acaparadas por los comerciantes locales. Esta situación llegó a oídos del sindicato y Jaime Aldoney, quienes se estaban dando cuenta que no había relación entre la cantidad de productos que distribuían los camiones y lo que estaba colocado en las estanterías de los locales comerciales:
“… y de ahí fue cuando se produjo el desabastecimiento. Donde a nosotros ya los empezaron a boicotear y todas las cosas. Hasta llegar a un momento en que ya la producción fue mermando, por la sencilla razón de que empezaron a poner palito en el camino, aparecieron los que hacían un tapón, estos compares que nosotros apoyamos, y te están atornillando al revés.
Y empezamos…
– Nosotros vamos a salir (dijo Jaime), ustedes los dirigentes salen conmigo y todas las cosas. Salen con el auto, dan las vueltas… para ver… en el comercio, como le niegan la venta a la gente.”
(Cuando llegaban a las dependencias preguntaban). Por ejemplo, ya aquí. Por ejemplo, la cerveza en ese tiempo, por decir una cosa, si valía $100 pesos, ellos la vendían a $200. ¿Por qué no hay pues? – nos decían-. Además que no hay a $100 pesos, tenemos que pagar la coima y todas esas cosas.
Entonces. ¿Qué es lo que hacía Jaime? De acá, les pedían a los camiones que salían en la ruta. ¡Pásenme la ruta de todos los camiones! Partíamos viendo los negocios y todas las cosas. Se bajaba Jaime y le decía:
– ¿Tienen cervezas? ¿Me venden una caja?
No, vendemos de una caja, hay, una, dos, tres, cuatro, cinco, si el camión no pasa, a mí me gustan. Los tienen todo botado y todas las cosas.
– ¿ Pero cómo está el botado? Le decía. Aquí tengo la ruta, aquí está la ruta, usted dejó 20, 80 cajas ¿Y me dice que no tiene?
– ¿Y usted, quién es usted?
Yo soy el interventor de Cervecerías. Yo soy dirigente sindical y venimos a investigar.
Así empezó a bajar el sindicato, empezó a bajar Jaime y todas las cosas .”
Desde la paralización inicial, la producción de la empresa no se detuvo. Al contrario. Comenzaron a incrementar los niveles de producción. Trabajaron día y noche en tres turnos. El compromiso para mejorar los niveles de eficiencia y producción de la fábrica cervecera fue notable.

Expropiación y despojo. Las casas de la Población CCU.
José Gabriel Correa, quien trabajaba en la fábrica el año 1933, analiza la importancia de la organización sindical y parte de la trayectoria del movimiento de trabajadores, explicando las mejoras que con la formación del sindicato se comenzaron a conquistar:
“…El año 1933, apareció el sindicato, y ahí cambió mucho, porque los sindicatos, las empresas aborrecen los sindicatos. Y ahí se empezaron a haber más regalías, más sueldo todo el asunto. Y ahí empezó la empresa a portase más bien con los trabajadores. Pero gracias a los sindicatos. Porque antes no había sindicatos, ellos pagaban lo que querían. Porque había trabajadores, que estaban dos semanas, tres semanas y se salían, después volvían, los tomaban otra vez, todo l tiempo los tomaban otra vez. No había ninguna ley de trabajo en ese tiempo.”
Testimonio de don José Gabriel Correa entrevista realizada en su hogar, población CCU diciembre 2021.
La primera gran conquista ejecutada por el sindicato, ante la empresa y el Estado, fue la construcción de la Población Compañía de Cervecerías Unidas, frente a la fábrica.
En la ciudadanía limachina, existe un manto de olvido respecto a las conquistas emprendidas para la mejora de las condiciones laborales de las y los trabajadores. Existiendo un relato extendido en las personas donde se sostiene que por iniciativa de la fábrica las casas fueron levantadas.
Si bien, es real que las casas fueron construidas con la gestión desarrollada por la fábrica, es importante indicar que las condiciones para el desarrollo del proyecto fueron solicitadas por el Estado. Al convenir y exigir a la fábrica que el dinero que entregaba al Estado mediante los impuestos, los utilizara para la construcción de viviendas. En este sentido, fue, el mismo Estado el que retornó a la empresa el capital para la construcción, situación que es expuesta por el ex empleado José Gabriel Correa:
“… Después apareció esta población que se llama “la población nueva”.
– cuando nos preguntaban ¿Dónde vives?
– En la población nueva decíamos
Fue la primera población que hubo aquí en Limache. En esta población que ahora se llama CCU. Pero esta población apareció porque hubo un presidente que se llamaba Pedro Aguirre Cerda, que duró solo tres años y murió, de enfermedad. Ese presidente fue muy bueno, porque él le indicó los dueños de esta industria, que los impuestos internos; que la plata que le pagaban ellos a impuestos internos, la invirtieran en población. Entonces, estas casas nunca fueron de la cervecería, la cervecería sólo las administraba. Porque se hizo con platas del Estado, con plata de impuestos internos. Y así se hizo esta población. Entonces, esta población, todos los que vivíamos en esta población no pagábamos arriendo, nos pagábamos luz y no pagábamos agua. Entonces era una gran ayuda para el salario mínimo que pagaba la cervecería. Entonces, nos ayudó mucho con los asuntos, para quienes vivían en la población. Y ahí, en adelante, las personas empezaron a cuidar el trabajo porque tenían la casa, el agua y la luz gratis. Teníamos eso, porque antes, no lo teníamos.”
Las garantías logradas por los trabajadores organizados en el sindicato, contrastan a la opinión generalizada que existe en la población al instalarse el convencimiento que fue la empresa la que de mutuo compromiso con los trabajadores desarrolló el proyecto habitacional, sin embargo, la población se fue construyendo en diferentes momentos y no tenemos información del mecanismo utilizado por la empresa en los demás proyectos. De todos modos, es importante señalar, que la organización sindical, de aquí en adelante jugó un rol fundamental, en la mejora de las condiciones de vida de los trabajadores y sus familias:
“Y de ahí, muchos dijeron, ¡pucha que es buena la cervecería!
¡Nunca fue buena la cervecería!
Esas regalías, que son los valores que los trabajadores tienen ahora, nosotros los viejos conseguimos eso con huelga.
Sacándole plata a la fuerza a la cervecería (sonríe)”.
Las condiciones de mejora del nivel de vida incorporada bajo la gestión como interventor de Jaime Aldoney, junto al apoyo de los sindicatos, son logros objetivos que describe el dirigente Villanueva que fueron cobardemente usurpados cuando se provocó el golpe de Estado:
“ Y bueno nosotros como sindicato tuvimos varios logros. Sí tuvimos varios logros. Incluso la venta de las casas, el estadio, un montón de cosas… Pero frente a eso hubo muchos compadres de la CCU, trabajadores. Que nosotros apoyamos, y le dimos logros y todas esas cosas. Porque, todo, todo lo que se hizo, junto con Jaime (Aldoney), que llegaran a lograr puestos mayores y todas esas cosas lo hizo el sindicato y el interventor. Pero qué pasó por ejemplo en la venta de las casas.
A mí. Y lo digo así, a título personal. Cuando los cabros me dijeron, y los dirigentes me dijeron. Óscar pelea. Pelea la cuestión. La peleé, la peleé, le di, le di y todas las cosas allá con los gerentes. Porque nosotros, porque como éramos dirigente nacional, a nosotros los recibían.
¿Entonces, qué pasó?”
El 28 de agosto del 73, los trabajadores logran adquirir las viviendas a partir del pago del 5% del valor. Las viviendas son expropiadas y adquieren los títulos de dominio. Pero se produjo el Golpe de Estado Cívico- Militar.
Quiénes lograron regresar de los centros de reclusión política y tortura, fueron despojados de sus viviendas. Seis familias fueron arrojadas a la calle. El maltrato y estigmatización no tuvo límites. Operativos de allanamiento y despojo fueron desarrollados en la Población CCU, contra los dirigentes sindicales y militantes de izquierda y partidarios de la Unidad popular, sin militancia, operaciones planificadas por los organismos de inteligencia y funcionarios de la armada y carabineros:
“… Como preso político y luego las cuestiones, marxistas, comunistas, terroristas, los tenían catalogados de todas las cuestiones. Los quitaron las casas. Me dijeron. Ya de hoy. ¡Tiene que desocupar la casa!
No -les dije- Si yo tengo la casa paga. Está pagado el 5%. Está expropiada, este es mi título de dominio, a mi nombre y todas las cosas. Igual me echaron pa juera.”
Víctor Fuentes se define como un cristiano de izquierda. Sus abuelos fundaron en el sector de “La Chimba”, contiguo a la Población CCU, la primera iglesia de su credo. Durante la dictadura estigmatizaron el lugar como “la iglesia roja”, se oficiaron liturgias y acciones sociales de protección a víctimas que estaban siendo perseguidas, el comedor popular y otras actividades.
Toda su familia era de izquierda y militantes. Sus hermanos y abuelo eran del Partido Socialista y uno de sus hermanos del MIR. Él nunca militó en un partido político, simplemente era Allendista.
“Justamente en diciembre (1973), vengo yo de estar trabajando… llegó a la esquina ahí de la Chacabuco, cuando me dicen los muchachos, que ahí estaban los marinos: “están en su casa”. Y toda la gente escondida.
Y yo llego a mi casa y están, están los marinos, adentro y tenían todo desbaratado, mi mujer llorando.
– Con su permiso (se expresa ante los participantes del grupo focal).
Nunca me voy a olvidar de ese momento; al contrario, nunca me olvidaré.
Y les digo: ¡Quién es el conchesumadre tan valiente que está afligiendo a mi mujer y a mis hijos!
Sale un oficial y me grita ¡Comunista conchadetumadre!
Me golpearon y me amarraron. Nunca, nunca me imaginé que eran tan rasca. Me amarraron con el alambre de la corriente de las manos y los pies y me echaron en un vehículo militar y me llevaron.
Grupo focal realizado en espacio colectivo de creación. Limache, enero de 2024.
A mi mujer la golpearon, tenía siete meses de embarazo. Le dañaron la columna. Después tuvo una operación el año 78, pero nunca asumieron que había sido por eso…
Testimonio de Víctor Fuentes, entrevista realizada en espacio colectivo de creación. Limache, enero de 2024.
“Mucha gente no sabe esas cosas. Mucha gente no sabe. Hay mucha historia.
Yo tengo en estos días que confrontarme con un oficial de carabineros que en ese entonces… él me conoce a mí, y yo lo confronté a él. Yo lo mencioné en los allanamientos que me hicieron a mi casa y cuando me desalojaron.
Grupo focal realizado en espacio colectivo de creación. Limache, enero de 2024.

Los trabajadores de la fábrica sufrieron el acoso constatante de las fuerzas armadas y la marina, antes del golpe. La represión y los ensayos para el golpe de septiembre se estaban ejecutando en diversos lugares del país. Una operación poco divulgada fue el allanamiento de planta efectuado en el mes de julio de 1973. El contexto indica que el año 1972 la ley de seguridad interior del Estado referida al control de armas y explosivos fue modificada y aprobada, este cambio concedía atribuciones amplias a las Fuerzas Armadas, al director general de reclutamiento y estadística y a los comandantes de guarnición quienes podían aplicar la norma que fue utilizada con rigor desde mediados de 1973: “En nombre de esta ley, el 19 de julio de 1973, el fiscal militar de la segunda división del Ejército ordenó el allanamiento de la Compañía de Cervecerías Unidas de Limache, iniciándose un sumario en el juzgado militar correspondiente… A las 3:20 de la madrugada camiones con militares vestidos con uniforme de guerra pertenecientes a la Escuela de Caballería de Quillota tomaron posesión de la fábrica.” Eliana Correa, vecina de la población CCU, fue testigo:
“En las noches, cuando ya esto empezó a funcionar mal, en cuanto había oposición al gobierno, se empezó y empezamos a unirnos más. Porque antes del golpe, aquí nosotros, ya habían llegado los marinos un día en la noche(vinieron) a revisar la cervecería a revisar las casas. Me acuerdo que… -me viene a la mente- cuando llegaron los marinos por primera vez, antes, mucho antes del golpe. A mí alguien me avisó que algo pasaba. Y yo fui y me levanté, y fui a buscar una vecina de aquí al frente del pasaje. Y nos fuimos a mirar que pasaba a la esquina de la industria y de verdad que había camiones de uniformados… y entonces pensamos que iban a allanar las casas. Y eran como a las tres de la mañana y con esa vecina fuimos… cuando venimos de vuelta nos damos cuenta que por la línea del tren andaban también los uniformados. Incluso después, patudamente fuimos hasta la otra esquina a mirar qué pasaba, para saber que estaban haciendo.”
Testimonio de Eliana Correa Olivares, entrevista realizada en su casa Población CCU de Limache, septiembre 2021.
En los acontecimientos represivos de julio también fue allanada una residencia donde se encontraban militantes de la Juventud Socialista de Chile quienes fueron retenidos y golpeados situación que a todas luces más que una provocación fue parte del itinerario de ensayos para ver la capacidad de reacción del movimiento popular organizado especialmente en las fábricas que formaban parte del APS.
Para concluir, en primer lugar, tomando en consideración las condiciones políticas de la época el candidato presidencial vencido, Radomiro Tomic, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), argumentó más tarde que dos tercios de todos los chilenos con derecho a voto habían votado a favor del socialismo, al votar por Allende o por él mismo. Ambos candidatos coincidieron en respaldar la nacionalización del cobre y otros recursos básicos, una reforma agraria integral, la nacionalización de la banca, una nueva Constitución popular, la creación de un Área de Propiedad Social, y una política exterior no alineada en la Guerra Fría. Elementos que por si mismos desestiman la denominación de esta política como una acción inconstitucional y fuera del canón propio de las transformaciones que se estabelecieron en la época.
En segundo lugar, el proceso de incorporación de la fábrica Compañía de Cervecerías Unidas de Limache al APS, objetivamente, es un ejemplo sobre cómo fue posible implementar una política que tuvo la decisión de generar las condiciones necesarias para la superación del capitalismo y la construcción del socialismo, elemento unificador de propósitos que tiene como guía maestra, el Programa de Gobierno de la Unidad Popular. En este sentido, el campo de disputa estaba dado mediante reformas político-económicas desde arriba y lucha popular desde abajo. Por lo tanto, el rol que tenían los trabajadores fue absolutamente crucial para el desarrollo de los cambios estructurales. Elementos, que perviveven en el campo de la memoria colectiva y son recobrados con esta publicación.