150 AÑOS DEL CUERPO DE BOMBEROS DE COPIAPÓ Serie de Homenajes EL COSMOPOLITA O EL ROJO, EL TEATRO DE COPIAPÓ

150 AÑOS DEL CUERPO DE BOMBEROS DE COPIAPÓ
Serie de Homenajes

EL COSMOPOLITA O EL ROJO, EL TEATRO DE COPIAPÓ

Este es un extracto del libro «El Rojo, El Teatro de Copiapó» que está inedito, durmiendo hace 8 años y que aún no hemos podido publicar. Obra que hicimos en conjunto con don Guido Pizarro Rojas.
De este libro he rescatado el final del Teatro, que despues del terremoto de noviembre de 1922, fue refaccionado y convertido en Restaurante, por don Yerco Zlatar Franulic.
El final fue un Incendio, el mayor que haya tenido en su historia la ciudad de Copiapó, ocurrido el 24 de diciembre de 1951.

Cansado ya de ser un prestador de servicios, agotado por el paso de los años, agobiado de luchar contra su peor enemigo, el tiempo; solo éste, podía dar aviso de la tragedia, pero se mantuvo mudo hasta el día de hoy. El tiempo, sabe también que, todo lo que el hombre construye, el tiempo lo debe destruir. Pero nunca se imaginó la ciudad de Copiapó, el infeliz término que éste, iba a tener.
Por la transmisión oral de algunos vecinos que, fueron testigos directos de los sucesos, nos indican, “el fuego comenzó a eso de las 6 a.m.” Exactamente, un terrible incendio, silencioso, brutal, iba a traer consecuencias graves para toda la comunidad. Se había desatado la tragedia, el fin…El fuego, tuvo su primer amago en el kiosco contiguo al “Cosmopolita”, por allí se aparecían las llamas que, pronto alcanzarían el interior del restaurant y se propagaría por los patios vecinos, alcanzando inmediatamente, toda la cuadra de la calle Atacama.

36690406_2258836014133152_6271599335398440960_n

Los bomberos, los eficaces bomberos no pudieron esta vez, con tan espeluznante espectáculo que, ofrecía por última vez el viejo edificio. Las llamas habían alcanzado toda la cuadra, vanos fueron los esfuerzos de las compañías bomberiles, la falta de agua o presión de las antiguas bombas, no daban abasto para tanta tragedia, ni siquiera la ayuda del Cuerpos de Bomberos de Tierra Amarilla y un destacamento del Regimiento Ingenieros N° 1 Atacama, que también estuvo presente, fueron capaces de controlar el fuego.
Los edificios contiguos también estaban en llamas. En la calle Yerbas Buenas esquina de Atacama estaba la fastuosa tienda de don Marcos Schappira, la que tenía los más hermosos muebles y menaje de casa, catres, colchones, modernas cocinas a parafina, lozas y cristalería. Contigua, se encontraba la gran tienda de don Boris Grossman, que traía los más elegantes casimires y dictaba la colérica moda europea. Luego “El Cosmopolita” Luego, El Gran Hotel Español” que en su parte inferior tenia locales comerciales, entre ellos la “Farmacia El Indio” de don Simón Arestizabal, después estaba el Teatro Atacama, EL Cuerpo de Bomberos, “La Reina”, la tienda del señor Germany, “La Librería Barquín” de Carlos Barquín y “La Pastelería Shangai” .
Tras mucho tiempo transcurrido, a eso de las 16 hrs. recién comenzaba, a decaer la intensidad del fuego, pero ya era tarde, poco o casi nada se había salvado.Los daños fueron cuantiosos, nada se había salvado, las fuerzas de las llamas arrasaron con todo. Los comerciantes, la mayoría; no contaba con seguros que, pudiera atenuar sus pérdidas, pero a decir verdad creemos que, uno de los mayores afectados fueron los propios bomberos. Pues allí en las humeantes cenizas estaban, las Actas de Fundación, fotografías, Libros de Partes, centenares de reconocimientos, diplomas, todo un patrimonio de uno de los primeros Cuerpos de Bomberos fundados en Chile y uno de los más importantes del país.
Uno de los momentos impactantes, y que llamó la atención de los curiosos agolpados en la calle, observando los acontecimientos, fue la caída de la enorme y pesada campana de bronce que pendía, desde las partes altas del cuartel.
“El Cosmopolita” o el viejo teatro, aquel que, en tiempos mozos había causado más de una lágrima en una de las comedias teatrales, vibrantes operetas o emocionantes ceremonias, ahora volvía a causar un nudo en la garganta al decir de sus vecinos que, lo habían tenido por compañero poco mas de 103 años.