- Especialista de CLC se refiere a principales síntomas y tratamientos recomendados para combatir las molestias asociadas a este diagnóstico.
En Chile, la fibromialgia es una de las enfermedades reumáticas más frecuentes que existen, afectando entre un 2 a 3 % de la población, principalmente a mujeres y personas que han vivido eventos depresivos, traumáticos o trastornos del ánimo. No obstante, la ciencia aún no identifica la causa específica que provoca este diagnóstico.
La doctora Karen Vergara, reumatóloga de Clínica Las Condes, señala que su síntoma principal es el dolor generalizado, habitualmente de origen musculoesquelético, es decir, “duelen los músculos, la columna, piernas, brazos y manos. Sin embargo, lo que caracteriza a la fibromialgia es que, aunque duelan los huesos, articulaciones y músculos, no se tienen alteraciones importantes, que uno pueda evidenciar el origen del dolor”. En este sentido, explica que “el problema de esta enfermedad es que se genera una falla en la manera que el estímulo doloroso llega al cerebro, se hace un eco que hace que se sienta más dolor del que realmente se envía como señal”.
Este 12 de mayo, la sociedad conmemora el día mundial de la fibromialgia, con el objetivo de concientizar sobre su existencia y los diversos problemas que enfrentan quienes la padecen, al ser una enfermedad de difícil diagnóstico.
La doctora Vergara, indica que esta patología puede tardar años en detectarse porque “en general la fibromialgia es una enfermedad de descarte, es decir uno como médico tiene que descartar que haya otras enfermedades que nosotros llamamos orgánicas y que sean la causa de estas dolencias o condiciones. Muchas veces los pacientes terminan yendo a uno o varios traumatólogos, médicos generales o a internistas, refiriendo diferentes dolores, que a veces no responden bien a los antiinflamatorios o que no responden bien a las terapias kinésicas”.
Los pacientes que padecen fibromialgia, además del dolor, también suelen identificar otro tipo de síntomas como el cansancio o fatiga crónica, trastornos del sueño, malestar en el área abdominal o dolores funcionales como el síndrome del intestino irritable y molestias urinarias.
Los tres pilares fundamentales del tratamiento
A pesar de que esta enfermedad no tiene cura, si existen diversos tipos de tratamiento que permiten a los pacientes tener una mejor calidad de vida. La especialista de Clínica Las Condes explica que “lo primero que hay que entender, es que esta patología no suele ser una enfermedad que lleve a la postración. Por lo que hay que darles tranquilidad a los pacientes que no suele ser incapacitante o que tenga mortalidad asociada”.
Respecto al tratamiento al que deben someterse los pacientes, menciona tres 3 pilares que se deben considerar:
1.- El ejercicio físico, como elemento fundamental para mejorar la calidad de vida. “Yo les explico a los pacientes que hay que decirle al cerebro que los músculos, articulaciones y huesos sí se pueden mover, a pesar de que duelan. Entonces es importante enviarle ese mensaje al cerebro: puedo nadar, hacer yoga, pilates, entre otros”. Respecto al tipo de actividad física recomendada señala que está el ejercicio aeróbico de bajo impacto articular como caminata, elíptica y ejercicios como yoga o pilates. También ejercicios en agua, idealmente en piscina temperada. “Esto de verdad puede cambiar la calidad de vida dramáticamente a un paciente con fibromialgia”, refuerza la especialista.
2.- El segundo pilar, que es muy importante, es la psicoterapia. “El dolor crónico genera problemas de ánimo porque uno se decae y puede afectar la realización de actividades normales. Entonces es aconsejable que vayan al psiquiatra inicialmente y luego se haga una psicoterapia que les recomiende el doctor, para manejar este dolor crónico. Con eso el pronóstico es súper bueno”, menciona la doctora.
3.- Como tercer elemento, pero en menor importancia según la especialista, es “el tratamiento farmacológico, que por sí solo no va a resolver el problema. Hay medicamentos de diverso tipo que recetamos los médicos para que de alguna manera los pacientes modulen el dolor, es decir, esta sensación que se transmite al cerebro”.