Escrito por Vidal Naveas Droguett
Desde 1891 en la Historia Minera de Atacama
Hasta el año 1916, en Chile – más específicamente desde Coquimbo al Norte –incluido Arica y Tacna, había en funcionamiento 6 establecimientos de fundición de cobre, de las 34 que había anteriormente.
Los establecimientos eran pequeños, comparados con las cinco estatales que existen ahora: Chuquicamata, Potrerillos, Paipote, Ventanas y Caletones, más las privadas de Chagres y Alto Norte.
La Fundición de Paipote en Copiapó – de la cual se ha dicho bastante – fue emplazada en el mismo lugar que anteriormente ocuparan los antiguos hornos de Paipote, conservando el mismo nombre con la cual le conocemos ahora. Estos hornos funcionaron aproximadamente hasta 1920, quedando los pequeños mineros y pirquineros muy desprotegidos para hacer la venta de sus minerales.
Don Juan N. Olavarría Ossandon, en su libro la Minería en Chile, Imprenta del Atacama, año 1941, entre sus airados comentarios dice – que los capitalistas y gobiernos de Chile no se han interesado por construir fundiciones – Que es un país rico y abundante en pastas, pero su industria no está desarrollada – No hay fábricas, maestranzas ni talleres –.
Reclama que los antiguos establecimientos de Potrero Seco, Pabellón, Totoralillo, Tierra Amarilla, Nantoco y Paipote hoy solo lucen escombros de lo que fueran florecientes fundiciones.
Propone entonces, construir una nueva fundición en el naciente de la ciudad, o sea en las inmediaciones del cerro Capy o también en la quebrada de Paipote, los que serían lugares apropiados para levantar los hornos.
La historia la conocemos, la fundición se construyó en el mismo lugar que se encontraba anteriormente, pero nadie de los que han historiado (hay bastantes publicaciones), ha dicho que aquellos terrenos fueron donados por el señor Simón Saint Ubery, minero de origen francés, quien donó a los mineros de Copiapó, en el año 1891, un terreno de veinte hectáreas para emplazar la construcción de una fundición, y que es la misma que he nombrado anteriormente.
Por tanto, creo, que la actual administración de Enami, debiera considerar este hecho e inscribir con el nombre de Simón Saint Ubery, una calle, un pasaje o una plazuela de Paipote, lo que vendría a hacer justicia en nuestra zona: perpetuar con su nombre a este contribuyente, y estar incluido en la historia minera de Paipote.
Fotos:
1.-Una panorámica donde años después, se montaría la fundición de Paipote
2.-La chimenea alzada.