La pandemia se ha trasformado en la justificación de todos los males de la sociedad chilena. Por estos días, hemos visto como el alza en los precios, que se traduce en el indicador de la variación de precios al consumidor IPC se ha tomado el debate nacional. Así también, el cuarto retiro.
Qué duda cabe, que el retiro de parte, o del total de los fondos de capitalización individual para aquellos jóvenes en el sistema y también para aquellos, de menor calificación laboral y que han accedido a trabajos precarios durante su vida laboral, les afecta en forma dramática su futura pensión o dramáticamente se han quedado sin pensión.
La discusión de los poderes facticos, aquellos que siguen defendiendo, no tan solo el modelo de negocio de las administradoras de fondos de pensión AFP y el modelo neoliberal que impera en nuestro país, se centra mezquinamente en imponer la conclusión por todos conocida; el cuarto retiro, así como el primero, segundo y tercero, actúa negativamente sobre las pensiones. Reitero, qué duda cabe que eso es así.
El modelo es doblemente perverso y descarado, aún más, los que defienden el modelo de negocio de las AFPs, el nivel de descaro sobrepasa toda la imaginación posible.
¿Por qué doblemente perverso? así como lo mencioné más arriba, la clase trabajadora, aquellos de menor calificación, aquellos donde el Estado solamente garantizo el acceso y no la calidad de la educación, fueron obligados a trabajar a temprana edad sin la calificación necesaria y el Estado lo único que garantizo, fue el acceso a remuneraciones y condiciones de trabajo indignas, que no permiten satisfacer las necesidades básica personales y de sus familias y que por el contrario, obliga por ley, después de los años 1980 a cotizar en una AFP. Esos trabajadores, aquellos más vulnerados por el sistema, son hoy, nuevamente vulnerados.
El diagnóstico sobre las administradoras de fondos de pensión es claro, rotundo y categórico, no es el automóvil de lujo para la clase trabajadora, esa asociación es una burla que se ampara en la defensa del sistema y en el ningunear de las necesidades de la clase trabajadora.
El cuarto retiro es una necesidad, miles de familias y micro empresas han sobrevivido gracias al retiro de sus fondos de pensión. La discusión se debe dar, en el cómo, el Estado, se hace cargo de los efectos negativos, disminución de las pensiones y sobre todo y con mayor urgencia, de aquellos que sus cuentas han quedado sin fondos. Esa es la discusión.
No se puede hacer una reflexión, en relación a si el cuarto retiro es bueno o es malo para los fondos de capitalización individual o para la economía. La administración científica habla que existen contingencias y cuando existe una contingencia, los parámetros normales para la reflexión se deben postergar y buscar una solución que permita resolver con eficacia la coyuntura.
El oficialismo se jacta de la reducción en la tasa de desempleo (8,5% INE, trimestre móvil junio-agosto), “siempre una disminución de este indicador es positiva”, pero esta reducción no soluciona el problema de precariedad de muchas familias chilenas, han sido más de 18 meses donde el Estado de excepción impuesto por el gobierno, no permitió eL normal desarrollo de las actividades económicas. ¿Cuál fue la alternativa propuesta para paliar esa situación vivida por los trabajadores?, optar por la ley de protección del empleo. Así se llamó, ley de protección del empleo. Otra burla.
Esto solamante significó (ley de protección del empleo), que cada uno de los trabajadores que fueron obligados a tomar esta alternativa, se quedaban sin empleo y sin trabajo o accedían a retirar sus fondos en el seguro de cesantía. La protección del empleo propuesta por el gobierno, no era más que retirar los fondos del seguro de desempleo de los trabajadores. Doblemente el descaro. El estado no se hizo cargo.
Pues bien, la destreza y habilidad para engañar y colocar temas en los medios de comunicación de los poderes facticos, los dueños de las AFPs asociados a los poderes políticos, hoy nos anuncian, que los fondos de pensión, en forma especial el fondo E, el de menor riesgo, el fondo que la misma ley creó para resguardar a los trabajadores en víspera de pensión, una vez cumplido los 55 años y más, para asegurar los menores efectos de las variaciones de la economía, hoy sufre una caída histórica.
En administración y gestión se les enseña a los alumnos a ya no mirar un indicador al final del periodo, se enseña, que ese indicador se debe controlar y gestionar, para solucionar los efectos adversos o a lo menos mitigar efectos negativos. ¿Qué hicieron los administradores de los fondos de pensión?, salieron solamente a manifestar que el fondo E, vuelvo a insistir, aquel fondo de menor riesgo, tenía una caída histórica y que esta caída puede ser aún mayor. ¿Qué hicieron para mitigar esos efectos?, ¿cuándo se dieron cuenta de esta caída?, ¿cómo es posible, qué en momento de incertidumbre el fondo de mayor certidumbre, tenga perdidas y los de mayor riesgo tenga ganancias? Doblemente el descaro. Sin lugar a dudas, los profesores de economía nos deben una explicación.
Vergonzoso, ósea, el fondo E el más conservador (el de menos riesgo), en tiempos normales, ya recibe menor rentabilidad, por efectos del menor riesgo. Desde el punto de vista del modelo, tiene sentido. Si ustedes miran las cifras de la superintendencia de pensiones el acumulado de oct. 2018 a sep. 2021 (últimos 36 meses), el Fondo A Rentabilidad 7,61 – Fondo B Rentabilidad 6,51 – Fondo C Rentabilidad 4,70 – Fondo D Rentabilidad 1,83 – Fondo E Rentabilidad -0,46. Esto es aún más vergonzoso, este indicador está calculado en UF.
Reitero el cuestionamiento, o por decir coloquialmente y parafraseando a un cómico nacional, sospecho la …………. . No coloco otros indicadores, para no exacerbar la burla o la indignación.
Hasta el año 1980 Chile tenía un sistema de reparto de pensiones. Seguramente tendrá defensores y detractores. A partir de ese año se instala un sistema de pensión de “Capitalización individual”. Solamente el nombre ya habla de lo representativo del modelo neoliberal. Y para dejar un último precedente, el año 2008 se hace una reforma previsional, Ley N° 20.255 que se hace llamar comisión Marce. (Mario Marcel) ¿Les suena ese apellido? Actual presidente del Banco Central, socialista, ratificado en su cargo hace pocos días por el presidente Piñera. Reconocido, como el mejor presidente de todos los bancos centrales “Gobernador del año”2021 para LatinFinace. ¿Qué hizo para recibir tan alta distinción? (con un tono irónico lo digo), bueno, bajó y mantuvo la tasa de interés en niveles bajo para incentivar la economía, ahora, al menor síntoma de inflación, subió la tasa 1,25 puntos, para así intentar cumplir la meta inflacionaria y ser bien evaluado. Mientras siga resguardando el capital y los intereses de los poderes económicos, seguirá recibiendo galardones. Doblemente el descaro.
La seguridad social, es una herramienta de justicia social, que, en caso de vejez, desempleo, enfermedad, invalidez, accidentes del trabajo, maternidad, o pérdida del sostén de familia, el Estado debe garantizar su protección social. Esta protección social debe estar disponible para todos y cada uno de los chilenos, en las distintas etapas de la vida, donde deban afrontar una contingencia que les impida generar ingresos. Estos dos últimos años, a la clase trabajadora, los más desposeídos, se les ha impedido generar ingresos y el Estado estuvo ausente. Cómo le hicimos frente, con el retiro de los fondos de pensión y con los fondos del seguro de desempleo.
La nueva constitución debe garantizar la seguridad social, más allá de la justicia social, debe garantizar la seguridad social porque cuando exista una contingencia que impida a una persona generar ingresos, el Estado debe ser quien protege a través de leyes, políticas, y un sistema de protección social.
No más AFPs, cuarto retiro ahora, ahora más que nunca.