publicado por α&Ω Marcelo Ruiz Tagle Escobar director@eloradorilustrado.cl
¿Y se les ocurre preguntarme a mí qué es, o qué entiendo por este manido concepto de Nortinidad…?
¿A mí…? Que desde hace 45 años sostengo que “YO SOY MEDIANAMENTE CHILENO Y EXAGERADAMENTE ANTOFAGASTINO”.
Pero, puesto que quieren que exprese mi opinión, mi mirada o lo que entiendo por nortinidad,
voy al grano… Porque este vocablo no aparece en diccionario alguno… Y muchos de quienes lo usamos, entendemos que es bastante ambiguo.
Pido excusas, por si en el fragor de las palabras, cometo más de un exabrupto. Si ello ocurre, significa que comenzamos a entender lo que es la nortinidad.
Porque nortinidad es pasión y coraje para corretear temores.
Primero, para respetar la memoria de aquellos pioneros que fueron capaces de poblar el despoblado y regarlo con su sudor hasta dejar sus vidas. Sus nombres están olvidados y nadie habla de la epopeya del guano o del salitre. Sus nombres señeros, hoy son reemplazados por los de los jugadores de la “generación dorada” o de algún galán de telenovela… O un influencer, da lo mismo.
Nortinidad es reconocer como nuestro, el patriótico empeño por ganar para Chile este riquísimo territorio. Mi bisabuelo -natural de Caldera- estuvo en Chorrillos y regresó herido. Mi abuelo, 48 años después, antes de la entrega/devolución de Tacna al gobierno del Rímac, perteneció a las fuerzas de ocupación en esa ciudad peruana, en la ribera del río Caplina.
Pero nortinidad no es solo conmoverse, emocionarse y respetar esos hechos históricos.
Nortinidad es sentir en el alma todo lo que nos rodea, nos acontece y deviene con lo cotidiano. El color de nuestra piel, el aroma de nuestro mar, el colorido del cielo en los atardeceres, el sabor de los productos del mar, el orgullo de habitar en la ribera del desierto más árido del planeta y hasta la risa de nuestros chiquillos, es también Nortinidad.
Entender y disfrutar las expresiones artísticas propias, esas obras creadas por otros nortinos como nosotros y valorarlas por sobre aquellas de origen forastero… ¡Eso es nortinidad!
Así lo entiendo y así lo vivo…
Amar este suelo, que ha visto los primeros pasos de nuestros hijos y que tarde o temprano recibirá nuestras cenizas… Eso es verdaderamente nortinidad…
Creernos el cuento, de que el Norte Grande que nos legó Sabella, nos impone el ser grandes, para no defraudar al insigne poeta. Y sentirnos grandes, porque en nuestro Norte Grande no hay espacio para minucias, para pusilánimes o para mezquindades…
Por último, Nortinidad es tener el coraje para gritarle a Chile que somos el Norte Grande que hace grande al país.
Que somos el bolsillo generoso que se ofrenda a todo Chile…
Un Chile que nos devuelve migajas. Casi una dádiva… Al filo de la limosna.
Un Chile que nos ve y nos considera chilenos de segunda clase, sin dudas.
Y tener el coraje para alzar la voz. Para decir que los Nortinos de hoy, somos herederos de esos hombres con talla de gigantes, que vinieron a poblar el Chile nuevo, ganado por las armas en la Guerra del Pacífico. Descendientes de aquellos salitreros masacrados por balas militares, episodios que la historia insiste en olvidarlos. Que no hemos arriado el pabellón de nuestros ideales, luchando por tiempos mejores.
Y que estamos aquí, para seguir engrandeciendo nuestro país, con esfuerzo y con las manos limpias.
Todo esto, amigos. Todo lo que hacemos entregándonos en alma y corazón, para mí es NORTINIDAD.
Y, como pueden ver, talvez en mis palabras no haya mucha razón…
Pero nacen del corazón… Así, demuestro mi tremenda NORTINIDAD…