Opinión
Ciclistas
Por:
Dr. Omar Luz Hidalgo
Hace unos pocos días, en las calles de nuestra capital regional, se produjo un accidente en el cual uno de los protagonistas fue un ciclista.
La situación ocurrida no es novedosa y lo más probable es que ello siga ocurriendo en forma frecuente, dadas las condiciones en que se desenvuelve el tránsito en nuestra ciudad y la no escasa cantidad de temeridades que cometen los propios ciclistas.
Sobre el particular cabe decir que el ciclismo es una actividad muy interesante, ya que tiene extraordinaria utilidad desde el punto de vista de la salud de las personas, partiendo del hecho que permite mantener y mejorar un buen estado físico, reduciendo los riesgos de la vida sedentaria muy propia del estilo moderno de vida y acicateada en la actualidad por el obligado confinamiento dada la pandemia de Covid19 que ha hecho disminuir a un mínimo la actividad física. Además de lo anterior, es un medio de transporte muy barato, ya que el precio del vehículo no es muy elevado, sus costos en el mantenimiento son escasos, al punto que con algún entrenamiento los puede realizar uno mismo, no necesita ningún tipo de combustible externo para que funcione, sino la propia fuerza humana y por lo tanto está ajeno a los vaivenes tan dañinos actuales y ni siquiera nacionales como se puede observar en los precios del petróleo, dados los coletazos de la guerra Rusia Ucrania, fuera del hecho que por sí misma esta actividad colabora con un ambiente libre de contaminación.
Pero frente a esto lamentablemente nos chocamos con dos serios problemas, el primero es la poco seria atención que le ponen los vehículos motorizados a estos frágiles vehículos que se desplazan por las calles, lo que conspira con la seguridad de su desplazamiento a pesar de la ley de convivencia vial que existe y por lo tanto justifica las aprensiones existentes en el sentido de incentivar más su uso.
El segundo problema es el propio comportamiento de los ciclistas, ya que muchos de ellos se desplazan por las calles sin ningún tipo de precaución, sin protecciones adecuadas, sin luces ni reflectantes y haciendo caso omiso a las normas del tránsito, lo que significa con frecuencia verlos desplazarse por las calles contra el tránsito, a velocidades inapropiadas, sin respetar semáforos ni letreros pare, etc.
Siendo nuestra una ciudad no muy grande, las oficinas se encuentran concentradas en ciertos sectores, por lo tanto el desplazamiento hacia el trabajo podría ser ideal al realizarse en estos vehículos, pero falta aún mayor atención por parte de los entes encargados, aunque ya se han realizado ciertos esfuerzos que persiguen privilegiar a los ciclistas, como es el hecho de ir instalando ciclovías por el centro de la ciudad, aunque aún son insuficientes y no siempre tienen continuidad. También se han instalado estacionamientos para estos vehículos en algunas partes de la vía pública y lo único que faltaría es que todos los locales comerciales se unieran a esta iniciativa. En algunas ciudades existen empresas concesionadas que permiten el uso de bicicletas instaladas por ellos mismos a través de sistemas de inscripción o de pago con tarjetas de crédito u otros mecanismos. Si esto se hiciera efectivo en nuestra ciudad incentivaría aún más su uso y disminuiría el costo de adquirir una propia.
Lo cierto es que claramente se requiere definir una mayor fiscalización tanto a los vehículos que utilizan los espacios de ciclovías como a los propios ciclistas pues de otro modo nunca se logrará que ellos sean más cuidadosos y por lo tanto todavía existirá el mismo riesgo que existe en la actualidad.