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α&Ω publicado por Marcelo Ruiz Tagle Escobar director@eloradorilustrado.cl
Desde que el de Presidente/a de la República es el principal cargo político del país, es paradojal que al ciudadan@ que lo ejerce se le exija una neutralidad política químicamente pura, irreal. El hermano «bueno» del Hermosilla malo -junto a distinguidos juristas y académicos- exageran la gravedad de las declaraciones de Boric, aduciendo que éste habría incumplido normas constitucionales que poco menos lo obligarían a mantener la boca cerrada (anhelo inconfesado).
Se han invocado los Art. 6 y 7 de la Constitución, que señalan que los órganos del estado deben someterse a la Constitución, y actuar dentro del marco de las competencias que ella y la ley les fija. Una norma más específica está en el Art. 76:
Boric sólo ha mostrado satisfacción ante el hecho de que un imputado respecto del cual se reúnen los requisitos de procedencia de la prisión preventiva, efectivamente la cumpla sin privilegios de ninguna especie. Con ello no transgrede ninguna de las normas antes señaladas. Por lo demás Hermosilla más que un peligro para la sociedad, es un peligro para la República.
Y una consideración no menor: la medida cautelar de prisión preventiva en caso alguna vulnera el principio de presunción de inocencia. Si así fuere, nunca nadie, ni siquiera en casos de flagrancia, podría ser sometido a tal cautelar.