BRUJO AL MISTERIO DE LUI 041

 

BRUJO AL MISTERIO DE LUI 041

No quiero ser metiche, pero aquí les voy a soltar la pepa en algo que ya soy ducho: mi última experiencia con la “olla bruja” de Lui041.
Ojo al charqui, esto pa’ na’ es más enreda’o de preparar que plato de tallarines, no sale sala’o y tampoco cebollento, ya que la papa es la olla bruja y la preparación papaya, haciendo antes la mezcolanza con to’as las custiones con un cacho de agua. Es más sano que un yogurt y la zanahoria es yapa, pero también pue’e llevar cilantro, zapallo, choclo, algún picante e incluso polvitos de Chimbiricoco, si quieren. ¡A gusto!

El diseño de la “olla bruja” da luz verde a que los comistrajos se cocinen bien lentaja, o se mantengan calientes, aunque nunca tanto como una agüita perra recién hervía. Demás que también mantiene la temperatura juera de una fuente de calor, es decir, siempre ondeando con mi parada sustentable.

Pa’ que se les haga agua la choclera, al grano dijo el pollo:

Dejan cocinando en «olla bruja» por unas 6 a 8 horas. En esta ocasión la receta pa’ 4 personas con el diente moderado, no como yo, que hoy andaba con manso ni que colmillo. Ayayaicito, ya me alargué… El salpicón de ingredientes de hoy consistió en:
3 papas chiquiturris
1 zanahoria ni tan grande, ni tan chica. Ósea, maoma.
1 cebolla de aroma filete, en plumas.
200 grs de tallarines. Los que tengan a mano.
50 grs de charqui, del güeno.
Sal gruesa al ojímetro.

Ah, y no les estoy pasando gato por liebre, la dura, así sale barato y rico parar la olla. Pa’ más remate, lo güeno es que no les va a caer como bomba y hay que ser bien amermela’o pa’ dejar la crema. ¡No sólo se vive de pan! ¿Cacharon el mote?

Me doy con una piedra en el pecho por todos los amigotes, yuntas y compinches que aperraron con ideas pa’l nombre del plato y tips gourmet pa’ futuras preparaciones. ¡Estoy más feliz que perro con dos colas por cómo se dio toda la cosiaca! La vida y los dioses no dejan de bendecirme y, la pelá puede aguaitarse un güen rato…

P.D.: Créditos redacción: la guinda de la torta la puso mi amigo Ricardo Gevert, quien en un santiamén convirtió este relato en algo cargado a la jerigonza. Anda inspirado el hombre, ya que pronto publicará su libro tremendamente cargado a los chilenismos, llamado “Pegas en chilensis – Historias cortas de pegas con jerga a la chilena (con copia a los inmigrantes)”.