Publicado por Marcelo Ruiz Tagle Escobar
Director El Orador Ilustrado
Chile siempre ha aspirado a ser un país tropical. Y sin lugar a duda, estas dos últimas semanas ha quedado graficada nuevamente esa aspiración.
Lo de tropical, no lo digo por aquella aspiración turística a tener playas paradisíacas, adornadas por palmeras, arenas blancas y resort lujosamente amueblados a la orilla de la playa. Lo digo, en el sentido figurado. Lo manifiesto, amparado en este doble actuar de la sociedad chilena. Estos cambios de ánimo, espíritu o sensación nacional.
Sí , Chile fuera una persona, diríamos que su personalidad la podemos asociar a una bipolaridad congénita, con cambios marcados , alternados o extremos en sus estados de ánimo.
La frase icónica «Viña tiene festival» , inunda por estos días, la televisión, las radios, las redes sociales y con éxito, los conglomerados políticos, económico y comunicacionales que han instalado y transformado la célebre frase, «Viña tiene festival», en un; Chile tiene festival.
Parece, nada más ocurriera en nuestro país. ¿Qué pasó en Chile la última semana de diciembre y especialmente en Viña del Mar? ¿Qué pasó en Chile entre la semana pasada, ante pasada y esta semana, que no este pasando ahora en nuestro país, para que los medios de comunicación hayan dejado ese rol de informar, que tanto aluden, para ir a interrumpir en sus labores a bomberos, carabineros, autoridades y entrometerse en la vida de los chilenos que tanto sufren con los incendios forestales?.
El lenguaje genera realidades (Rafael Echeverría; ontología del Lenguaje) y son estos medios de comunicación, grandes conglomerados, los que han extinguido todo vestigio de los incendios forestales en el sur de Chile. Si hoy, no tenemos humo en Santiago, no quiere decir que no tenemos incendios.
La crisis va más allá del fuego intencional , que provocan las grandes forestales , para cobrar los seguros garantizados por el Estado , desde la dictadura militar.
Lo de estas últimas semanas en Chile, es tropicalismo puro. En el fútbol nacional, en todos los estadios, se instruyó a rendir un homenaje a nuestros bomberos.
Qué duda cabe. Quién se puede oponer a reconocer la labor que esta institución y en especial la de bomberas y bomberos, cuando se nos presentan este tipo de catástrofes y sobretodo, cuando se nos presentan otras dificultades más domésticas.
Nos sentimos orgullos, las barras bravas aplauden, la tribuna se pone de pie. Eso es tropicalismo, meses antes muchos de ellos (63%) no fueron capaces de leer, ni los medios de comunicación informaron, que la propuesta de nueva constitución en su Art. 181 (1,2) decía: “El Estado deberá dar cobertura financiera para cubrir la totalidad de sus gastos operacionales, capacitaciones y equipos, como también otorgar cobertura médica a su personal por accidentes o enfermedades contraídas por actos de servicios”.
«Viña tiene festival», y Chile tiene festival. Nada, ninguna otra cosa sucede en nuestro país por estos días. Al decir por las noticias de los canales abierto, se redujo la delincuencia o a lo menos se redujo el tiempo (minutos) que los noticieros le dedican a ese espacio. Chile tiene festival.
Hablando de bipolarismo, este festival anunció como grupo estrella para rendirles un
reconocimiento por su trayectoria al grupo Los Jaivas, por sus sesenta años. Los presentaron a las dos de la madrugada. Si encontramos ordinario el collage que se entregó a un artista español, el ninguneo a este grupo icónico, raya en el desatino, la mala educación, no solamente a ellos, a Los Jaivas, más bien a toda la música chilena.
Pero existen , otro tipo de contradicciones, más dramáticas y que debieran captar nuestra atención.
Me refiero a las contradicciones o el bipolarismo de nuestro modelo económico.
Nuestro país se jacta, del éxito de la implantación del modelo económico de libre mercado. A. Smith en su libro: «La Riqueza de las Naciones», nos dice que existe una mano invisible que regula el mercado. Por lo tanto, desde ese supuesto, no debe existir participación ni intervención del Estado. ¿Pero que sucede en nuestro país, al no existir leyes que regulen el mercado, o que lo hagan, defendiendo ese principio parcialmente?, los grades conglomerados económicos se han coludido, siendo esta práctica, la más contradictoria para seguir manteniendo, la existencia de una mano invisible que regula el mercado.
Y en Chile eso ha quedado demostrado.
Así también, en los aspectos financieros, sufrimos una bipolaridad en la reflexión de aquellos que defienden el modelo de Fondos de Pensión AFP’s. Otra bipolaridad , aún más cruda y dramática , es cuando revisamos los resultados , para los beneficiarios, ósea , los trabajadores, con pensiones por bajo la línea de la pobreza. Y por otro lado las ganancias que obtienen los socios de las administradoras de fondos de pensión, como efecto de la rentabilidad. Los fondos individuales de pensión, pueden sufrir caídas, traducidas en pérdidas en los fondos de cada uno de los trabajadores, pero nunca los socios tendrán perdidas.
Entonces podemos decir, que la financiarización de nuestra economía, en este punto, aumenta las desigualdades.
La derecha de este país, vive pregonando, la reducción del estado y la liberalización o desregulación de los mercados, (menos reglas). Caso icónico, la nueva ley del consumidor aprobada en el último período de M. Bachelet, que entregaba mayores atribuciones al SERNAC en pos de una mayor fiscalización y defensa de los consumidores, que la UDI junto a RN, bloquearon acudiendo al tribunal constitucional. Ya , en esos años , seguramente , lo hacían por amor.
Pero Chile tiene festival y tuvo una convención también, que fue electa democráticamente, paritaria y en donde los pueblos originarios estaban representados. El poder constituido , permitió , gracias al acuerdo firmado el día quince de noviembre del año 2019 , que Chile se merecía una nueva constitución, hecha en democracia, democráticamente.
Democráticamente fue rechazado el texto de nueva constitución.
Pero , de ahí , a designar expertos y ponerse de acuerdo en este “Acuerdo por Chile”, es de un trastorno bipolar de lo más agudo, más aun , cuando sectores de izquierda, que lucharan tanto contra la institucionalidad de Senadores designado, con los procesos democráticos, la paridad y representación de los pueblos originarios , concurrieran con su voto.
«Viña tiene festival» y mientras tanto el sur de Chile se sigue quemando , pero más aún, los expertos designados por los partidos políticos , coludidos , como lo han hecho desde el retorno a la democracia, con el poder económico, redactan una constitución, lo más parecida a la constitución de los ochenta.
Chile tiene festival, pero no es el festival de viña. Chile tiene un festival de contradicciones y colusiones, que no se presentan en el escenario democrático que el pueblo de Chile se merece , es más , no se muestra los artistas, se esconden y lo que es peor aún; aquellos que se creen los artistas, políticos asociados a los poderes económicos, solo conocen una forma de actuar; de espaldas al pueblo y a la democracia.