Publicado por
Marcelo Ruiz Tagle Escobar
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A raíz de la conmemoración del Día Mundial Sin Tabaco es fundamental tener claridad del daño que podría ocasionar el consumo de cigarrillos en la salud. Sus efectos adversos para el desarrollo de cáncer, enfermedades pulmonares y cardiovasculares han sido bien documentados, sin embargo, poco se habla de lo que se produce a nivel musculoesquelético. Pues la ciencia ha demostrado que aquellas personas fumadoras tienen mayor probabilidad de desarrollar enfermedades como artrosis y osteoporosis.
Actualmente según datos de la Organización Mundial de Salud (OMS), Chile lidera el consumo de tabaco en adultos en el continente. Paralelamente los estudios demuestran que el tabaco puede incidir como factor externo en la severidad de una artritis reumatoide o en el desarrollo de una enfermedad degenerativa lumbar.
Además, se estima que este hábito causa la muerte de 52 personas al día y el 16% de los fallecimientos que se producen en el país pueden ser atribuidos al tabaquismo. Anualmente, el tabaco enferma a más de 62 mil personas por enfermedad pulmonar (EPOC); más de 31 mil personas por patologías cardiacas; más de 12 mil personas por Accidentes Cerebro Vasculares y más de 8.500 por cáncer. Sin embargo, “falta concientizar en cómo el tabaco afecta al sistema osteoarticular, siendo un importante factor de riesgo en enfermedades que causan dolor y alteración de la calidad de vida”, destaca la doctora Zoy Anastasiadis, traumatóloga especialista en rodilla de Clínica Las Condes.
Se ha demostrado que el tabaquismo aumenta el riesgo de tener osteoporosis, enfermedad que debilita los huesos y que genera una pérdida en el tejido óseo normal. Las personas mayores que fuman tienen entre un 30 y 40 % más de probabilidades de fracturarse la cadera que las personas mayores no fumadoras. El debilitamiento de los huesos por el tabaco se produce, por ejemplo, porque:
• Según estudios realizados, el tabaquismo reduce el suministro de sangre no solo al tejido óseo sino también a múltiples tejidos del cuerpo.
• La nicotina de los cigarrillos ralentiza la producción de células que forman los huesos (osteoblastos), de modo que estas fabrican menos material óseo.
• El tabaquismo disminuye la absorción del calcio de los alimentos. El calcio es necesario para la mineralización de los huesos y, con menos minerales, los huesos de los fumadores se vuelven frágiles (osteoporosis).
Además, la especialista de Clínica Las Condes, agrega que los estudios en la población han demostrado que el tabaco es un factor de riesgo independiente de la edad, el sexo y el sobrepeso para el desarrollo de artrosis. Si bien, mecanismo de acción no está claramente dilucidado, estudios moleculares muestran que la nicotina altera la producción de proteínas y la respuesta reparativa del cartílago articular, causando el deterioro de la articulación y por lo tanto artrosis.
Si bien, la artrosis es una enfermedad multifactorial, su prevención está enfocada no solo a la suspensión del hábito tabáquico, sino a un estilo de vida saludable.
“Otro efecto negativo del tabaco se da en la reparación de los tejidos, por ejemplo, es causa de complicaciones en la reparación de una fractura y/o en la cicatrización de las heridas. Específicamente en intervenciones de rodilla, el cigarro ha demostrado estar asociado a peores resultados clínicos para cirugía de ligamentos y restauración del cartílago articular”, finaliza la doctora Zoy Anastasiadis.