Opinión: Miguel Vargas junto al Allendismo son una pesadilla para el Partido Socialista de Atacama por Oscar Tomea Puga Secretario General Partido Socialista Atacama

Columna de Opinión 

por Oscar Tomea Puga Secretario General Partido Socialista Atacama

Antes que todo, es importante aclarar que debemos entender el Allendismo en Atacama como el movimiento liderado por la senadora Isabel Allende al interior del Partido Socialista, donde soy Secretario General de la Región de Atacama y donde ella -la senadora- fue nuestra representante en el senado. Por cierto, el Allendismo expuesto en la presente columna no tiene ninguna relación con la figura del Presidente Salvador Allende Gossens​​. Si, leyó bien,
absolutamente ninguna relación. Más bien dicho, las intenciones del Allendismo responden a la buena vida y la poca vergüenza de militantes y exmilitantes herederos del turismo político de temporada, desconectada de los pobres, del ciudadano comun, pero siempre administrando el poder desde el púlpito.

Para hacer algo de historia, el Partido Socialista de Atacama tiene un antes y un después de la Senadora Allende. Su paso por nuestra región dejó al partido fracturado, secuestrado por luchas de poder y el caudillismo, demoledor del tejido interno y dominador a través de maquinarias administradas por las cúpulas sedientas de poder, la comodidad y la opulencia. No es extraño encontrar militantes de las cúpulas ostentando 2 o 3 cargos públicos. La consejera regional Ruth Vega es un ejemplo, quién recientemente defendió a Fernando Ghiglino, candidato RN.

Seguramente hasta una próxima campaña no sabremos de ella.

Lo concreto, es que al Allendismo, poco y nada le importan las bases, salvo para las elecciones. Para quienes crean que la senadora Allende dejó Atacama, se equivocan. Miguel Vargas, ex socialista, actual candidato a gobernador de Atacama, fue y seguirá siendo la punta de lanza de la Senadora Allende en nuestra región. Vargas fue quién blindó la ausencia de la senadora para el aluvión del 2015. Mientras los militantes sacábamos barro en nuestras casas, Isabel Allende
recorría Chile buscando votos para su candidatura a la presidencia de nuestro partido, cargo que lamentablemente consiguió, también en base a acuerdillos y tratativas ajenas a una elección directa.

La diputada Daniela Cicardini también se cuadró con el incólume Miguel Vargas. Sin decir una palabra, movida por su propio interés, abandonó el acuerdo del partido. Por lo tanto, podemos decir que la Diputada no respeta acuerdos ni cumple la palabra del partido. Su costumbre -seguramente aprendida de su padre- de aliarse con la derecha, rehuyendo a los acuerdos y apoyando a los candidatos de la cocina es lo que mejores resultados el entrega. Por cierto, si Miguel Vargas es derrotado, tiene asegurada su postulación a diputado y hasta ahí llegará la amistad con la familia Cicardini – Milla.

A este mal llamado Allendismo que lidera Miguel Vargas, también se suma el alcalde de Freirina Cesar Orellana, quién usó al Partido Socialista como consejero regional y luego alcalde.

Renunció reclamando, pero volvió, seguramente convencido que por dentro del Allendismo podía tejer pactos para mantener la comodidad que tanto les gusta. Para Miguel Vargas darse vuelta la chaqueta es un deporte que practicó a favor del primer gobierno de Piñera, aceptando a Sofia Cid y Rafael Prohens como jefes, para luego arrimarse al sector de la senadora y seguir exprimiendo al Estado. Vargas fue tan natural como desvergonzado, que no nos sorprendió.

Seguramente, su lógica de “barrer pa’ dentro”, lo inhabilita para aplicar cualquier juicio de valor, criterio y lo más importante, consecuencia. Francamente, al interior del Partido Socialista no nos asombra que Miguel Vargas blanco de criticas por vincularse a la derecha de Fernando Ghiglino y Rafael Prohens. No es nada nuevo ni para él ni su grupo, simplemente es un nuevo negociado del Allendismo que él reúne, articula y paga favores.

La ciudadanía de Atacama todavía no olvida lo déspota que fue la Senadora Allende con Atacama, ni la desastrosa gestión del aluvión del 2015 y 2017 de Miguel Vargas. Hoy, el mismo grupo que lideró Miguel Vargas pretende llevarse la gobernación regional como un botín de guerra, con pagos de favores, cargos y escasamente visión de región. El pueblo no olvidará a las autoridades en ejercicio y las electas que apoyan a Miguel Vargas Correa, el ojo político de la Senadora Allende en Atacama y la continuación de la pesadilla atacameña.