Todas las gestiones para establecer un Parque Nacional en materia de desierto florido es también conectar con las aspiraciones, con el orgullo de nuestra región. Además, yo también hago un símil con lo que hoy pasa en el país. Muchas veces la política es muy árida.
La política pareciera ser muy desértica, pero es un poco -para quienes vivimos en Atacama- entender la política como la necesidad en que se den las pequeñas condiciones, como la precipitaciones, para que florezca. Y yo creo que, a propósito del proceso de conversaciones constituyentes, eso es lo que nosotros esperamos, el que realmente nos permita hacer florecer no sólo la esperanza y que tengamos un itinerario constituyente que se haga cargo de las transformaciones que nuestro país necesita, sino que a partir también que de este majestuoso paisaje en Atacama esperamos que florezcan también las esperanza de todos lo chilenos y chilenas para poder concretar las transformaciones que tanto anhelamos.