OPINIÓN: Prematuros Por: Dr. Omar Luz Hidalgo

 

La definición de prematuro dice que son aquellos bebés nacidos antes de las 37 semanas, pero se puede profundizar en estos a nominar como prematuros tardíos a aquellos nacidos entre las 34 y menos de 37 semanas y con peso mayor a 1500g; a prematuros moderados, los nacidos entre las 32 y menos de 34 semanas y mayor a 1500g y prematuros extremos los nacidos antes de las 32 semanas o con peso menor a 1500g.
Pero mi interés no es traer una información profunda acerca de estos bebés, lo importante a destacar es que a menos edad de gestación mayores son las complicaciones y más es el esfuerzo que hay que realizar para poder sacar adelante sus vidas.
El Servicio de Neonatología del Hospital Regional de Copiapó comenzó su trabajo de atención a estos niños, como unidad dedicada por allá por el año 1983, cuando se comenzó a organizar y a equipar. La mortalidad neonatal era muy elevada y el equipamiento muy pobre, por no decir que casi inexistente. Por el trabajo mancomunado de profesionales, técnicos y directivos, a través del tiempo se logró desarrollar un servicio como el que tenemos en la actualidad y que está a la altura de cualquier centro neonatal del país, que ha bajado la mortalidad a niveles mínimos, solamente fallando por el problema inherente a todas las especialidades de nuestra región y que es la falta de suficientes especialistas, puesto que diversas especialidades aún no logran su impulso debido a no tener profesionales de tal especialidad. Ese es un tema que se espera pueda ser resuelto en los próximos años, especialmente considerando que tenemos una escuela de medicina que dará salida a un grupo de profesionales de excelencia que podrán desarrollar especialidades que con el impulso regional pueden llegar a engrosar las filas de nuestras desvalidas especialidades.
Hace unos días se conmemoró en nuestro hospital regional el día mundial del prematuro, en el cual asistieron varios bebés que nacieron con alta prematurez y cuyo final ha sido feliz, pues lograron llegar a su hogar algunos con ciertas secuelas, pero todos con un futuro posible. La celebración no es menor puesto que un niño prematuro, en especial un prematuro extremo significa un enorme esfuerzo, no solo profesional sino también familiar, desde lo económico hasta lo afectivo, pues significa que se tendrá un niño o niña hospitalizado por varios meses y en ocasiones con incertidumbre acerca de cómo será el resultado de todos estos esfuerzos. Esto adquiere especial relevancia cuando los bebés nacen antes de las 30 semanas o con menos de 1000 g de peso pues son ellos los que pueden tener mayores complicaciones en su recuperación.